¿Cómo manipular mi tortuga?

Las tortugas terrestres son reptiles muy discretas, que se han apreciado desde hace mucho tiempo como animal de compañía. No son agresivas y se limitan a meterse en su caparazón si se les molesta. Sin embargo, disfrutan poco de las manipulaciones y son más frágiles de lo que parecen. ¿Cómo manipular mi tortuga, que se convertirá en mi compañera cotidiana? Algunos consejos a conocer...

8 consejos para manipularla correctamente

Será necesario manipular tu tortuga en varias situaciones: sacarla para limpiar el terrario, observarla para verificar que todo está bien, llevarla al veterinario, pesarla en período de hibernación... o simplemente para saludarla de vez en cuando. Hay algunas precauciones que debemos tomar, que es necesario conocer antes de convivir con este animal sensible y misterioso.

1. Para tomar tu tortuga, agárrala por detrás: la tortuga serpentina, en particular, podría llegar a morderte si la tomas por el frente.
2. Sosténla con la mano: coloca la palma de tu mano debajo de su vientre para darle soporte. Es un animal eminentemente terrestre que necesita mantener el contacto con el suelo, y se sentirá así más segura.
3. Proteger su caparazón: este parece sólido, pero no es invulnerable. Ya sea duro o más blando (según la especie), puede incluso rayarse o fracturarse, lo que puede provocar infecciones. Igualmente, su cabeza y sus patas son frágiles.
4. Evaluar la temperatura: es preferible manipular una tortuga cuando está calentada por el sol o una lámpara de calor (siempre es mejor la primera que la segunda). Tendrá más energía y estará más despierta. La sensación de frío limita sus interacciones con el exterior.
5. Prevenir caídas: no pongas tu tortuga en el borde de una superficie elevada. Podría caerse, ya que no siempre evalúa correctamente su entorno.
6. Decodificar sus comportamientos: algunos signos pueden mostrar que no quiere ser molestada (inmóvil con la boca abierta, silbido, retraimiento en su caparazón, intento de mordida).
7. Usar guantes: por un lado, la tortuga puede orinar cuando se le levanta (¡cuidado con no soltarla!); por otro lado, puede ser portadora de enfermedades transmisibles al hombre.
8. No dejarla boca arriba: no le gusta estar volteada, y esto puede provocar su muerte si sufre de una infección respiratoria.

¿Y las caricias?

La tortuga es poco receptiva a las caricias. Por lo tanto, no es necesariamente la elección acertada si se desea una mascota de contacto. Dicho esto, es posible, con paciencia, establecer un contacto con ella.

Primero, acércate de frente, para no asustarla. La tortuga debe estar en una superficie plana y cerca del suelo, para sentirse segura. Acaríciela en la parte superior de la cabeza, en el medio, asegurándote de no tocarle los ojos ni la nariz. También puedes acariciarle lentamente el mentón y las mejillas. Si levanta la cabeza con la boca abierta, no insistas, ¡eso significa que no le gusta! Si no muestra reacciones de rechazo, puedes intentar masajearle el cuello.

Cuando tocas su caparazón, la tortuga puede sentirlo. Por lo tanto, es posible acariciarla lentamente, o frotarla suavemente con un cepillo suave (tipo cepillo de dientes). Tu tortuga poco a poco se acostumbrará a tu presencia y a tu contacto. Ella asocia al humano con la comida, por lo que también puedes recompensarla con algún bocadillo adecuado cuando te permita acariciarla.

La mayoría de las veces dócil y pacífica, la tortuga es, por tanto, un animal que se debe manipular con precaución. Hay que aprender a conocerla para cuidarla mejor y poder establecer una comunicación con ella. Entonces se puede establecer una verdadera relación, para la felicidad de toda la familia.