Artrosis del Caballo: Causas, Síntomas y Tratamiento
La artrosis del caballo afecta principalmente a las extremidades anteriores y posteriores, pero ¿sabíais que también puede afectar a las articulaciones de la espalda? Esta enfermedad concierne al 50 % de los caballos de más de 15 años, desde el caballo de granja hasta el caballo de carreras. También puede aparecer en equinos jóvenes debido a un uso excesivo, suelos inadecuados, lesiones mal curadas o herraduras no adecuadas.
Zoomalia les explica cómo retrasar la aparición de la artrosis en caballos, aliviar los dolores que la acompañan y frenar la evolución de esta enfermedad que lamentablemente no se puede curar.
¿Qué es la artrosis del caballo?
La artrosis del caballo se debe a la erosión del cartílago articular de las extremidades. Las vértebras y los discos intervertebrales también pueden estar afectados. Poco a poco, el cartílago deja de actuar como amortiguador, provocando dolores difíciles de soportar. En la mayoría de los casos, aparece una reacción inflamatoria y el caballo comienza a cojear o muestra una disminución en su rendimiento.
La artrosis puede tener un carácter hereditario, pero en muchos casos, el origen de su aparición es múltiple. Luego, la edad es evidentemente un factor conocido, con un cartílago debilitado y las consecuencias de traumatismos relacionados con las experiencias del caballo.
Es necesario distinguir dos tipos de artrosis:
- La artrosis primaria: en este caso, el problema viene de un deterioro del cartílago que está defectuoso.
- La artrosis secundaria: aquí, el cartílago no está dañado y el daño es debido a un trabajo excesivo, suelos muy duros, choques repetidos, etc.
La artrosis del caballo es a menudo el resultado de varios factores combinados, entre los cuales podemos citar:
- Una malformación de la columna o de los aplomos que va a provocar una artrosis precoz.
- Una lesión ligamentaria tras un accidente con lesión o ruptura.
- Un mal hábito de caminar para compensar una zona dolorosa (cojera).
- Un trabajo mal adaptado o excesivo en relación con la musculatura del animal que va a tirar más de sus articulaciones.
- Un sobrepeso del animal.
- Terrenos demasiado duros o demasiado profundos.
- Un calentamiento insuficiente antes de un gran esfuerzo.
- Un mal mantenimiento de los pies, un recorte asimétrico o una posición anormal del casco.
- Las consecuencias de infiltraciones medicamentosas.
- Una infección ligada a un germen a través de una herida.
- Un desequilibrio hormonal.
- Un desequilibrio nutricional.
La sobresolicitación es especialmente dañina para las articulaciones del caballo, como una reanudación demasiado rápida después de un traumatismo. A menudo, la toma de antiinflamatorios da la impresión de que el caballo ya no sufre. Es necesario asegurar una reanudación progresiva del trabajo, ya que un esguince (o una simple luxación) mal curado facilitará luego la aparición de la artrosis.
¿Cómo saber si un caballo tiene artrosis?
Progresivamente, el caballo muestra menos entusiasmo por salir o correr, su rendimiento disminuye y se irrita fácilmente, porque sufre.
Los síntomas de la artrosis en los équidos
La artrosis se instala de manera insidiosa, por lo tanto, debéis estar atentos a estos síntomas:
- El caballo parece rígido o cojea.
- Sus articulaciones se hinchan.
- Siente dolor al palparlo.
A menudo, la cojera se nota más en frío o cuando el caballo se mueve sobre un suelo duro. En cuanto a las articulaciones, se hinchan debido a la inflamación cuando el caballo es muy exigido, pero también se puede notar una tumefacción de la articulación en reposo.
Establecer el diagnóstico de la artrosis de los caballos
Es difícil establecer un diagnóstico de la artrosis antes de que realmente se haya instalado. Sin embargo, es importante detectarla lo antes posible para acompañar al caballo y ralentizar la degeneración a largo plazo que supone.
Si tienes alguna duda, puedes pedir a un veterinario que realice una radiografía o una ecografía.
¿Cómo aliviar a un caballo con artrosis?
En primer lugar, es importante ser consciente de que es posible retrasar la aparición de la artrosis cuidando a nuestro animal, ya sea destinado a actividades de ocio o profesionales. Una vez que la enfermedad se haya instalado, el animal no podrá curarse. Las lesiones son irreversibles, ya que provoca un círculo vicioso que le permite auto-mantenerse.
Las soluciones preventivas para evitar la artrosis en la equitación
La artrosis del caballo es una afección locomotora que concierne a la mitad de los caballos de 15 años y más. En ejemplares más jóvenes, su aparición sigue estando relacionada, en la mayoría de los casos, a un trabajo intenso con una fuerte exigencia de las articulaciones. Para preservar la salud de tu caballo, intenta limitar al máximo los traumatismos articulares y amueblar espacios con suelos apropiados, incluso para los entrenamientos.
Finalmente, es indispensable seguir a su animal por un herrador profesional y prever visitas regulares para comprobar que las herraduras estén perfectamente adaptadas. Asimismo, si se diagnostica artrosis, se podrá colocar una herradura específica en función de la actividad del caballo y de los suelos que frecuenta.
Si es posible, privilegia los suelos intermedios, ni demasiado duros ni demasiado blandos. Por último, es indispensable respetar escrupulosamente los tiempos de calentamiento antes de pedir un esfuerzo importante al caballo y asociar los períodos intensos con una alimentación adecuada.
Los remedios naturales recomendados por Zoomalia
Antes que nada, debes saber que no se debe dejar en reposo total a un caballo afectado por artrosis. Los veterinarios incluso piensan que una actividad regular es beneficiosa. Al contrario, un paro total tiende a favorecer la degeneración articular y a empeorar el problema. Algunos suplementos alimenticios pueden ser eficaces para frenar la evolución de la artrosis del caballo.
La garra del diablo es a menudo recomendada por los profesionales, pero ciertas plantas también tienen propiedades interesantes. Los tratamientos con arcilla se usan en cataplasmas, a veces combinados con aceites esenciales. La arcilla blanca tiene propiedades antisépticas y cicatrizantes, la arcilla verde posee beneficios remineralizantes y revitalizantes, la arcilla roja ayuda a la estimulación de la circulación sanguínea.
Las botas especiales de recuperación son efectivas, incluso puedes insertar dentro una toallita impregnada de un bálsamo específico. Debilitan y absorben las vibraciones cuando el caballo está en reposo.
La consulta veterinaria, a veces indispensable para aliviar los dolores articulares
Cuando el caballo está sufriendo, solo el veterinario podrá aliviarlo. Las crisis de artrosis pueden durar varios días y a veces es necesario realizar infiltraciones. Tienen como objetivo proteger el cartílago y frenar la evolución de la enfermedad.
Ciertos veterinarios también recomiendan curas de plantas a largo plazo, incluido el harpagofito por sus propiedades antiinflamatorias. La cúrcuma también se utiliza por sus cualidades desintoxicantes y su acción antiinflamatoria sobre las patologías articulares o locomotoras. Muchos suplementos alimenticios contienen cola de caballo, recomendada para el apoyo tendinoso y articular. Finalmente, la reina de los prados ayuda a calmar los dolores de la artrosis.
La osteopatía equina forma parte de los tratamientos costosos, pero que alivian al caballo reduciendo las contracturas musculares y suavizando las articulaciones. Es una terapia complementaria, es decir, no debe reemplazar las visitas al veterinario. A lo largo de las sesiones con el osteópata, la movilidad dorsal y la locomoción del caballo mejoran. Recupera flexibilidad y su estrés disminuye. Estos tratamientos pueden ofrecerse en prevención a los caballos deportivos y a los caballos de ocio para equilibrar su organismo.
¡Consejos a recordar! La mejor manera de evitar la artrosis del caballo es cuidar de nuestro animal y no exigirle esfuerzos imposibles de cumplir. Una alimentación rica es necesaria, combinada con buenos hábitos: privilegiar los suelos adaptados, equiparlo con herraduras a medida, cuidar las heridas y rasguños, asegurar el mantenimiento de un peso ideal, etc. También puedes ofrecerle sesiones de osteopatía, especialmente si tiene que realizar un trabajo importante. Finalmente, se recomiendan suplementos alimenticios para aumentar su resistencia muscular y articular.
