Cálculos Renales en Perros: Causas, Síntomas y Tratamiento

¿Tu perro tiene cálculos urinarios? Comparables a un tapón que impide el paso del agua en una tubería, los cálculos renales del perro afectan el buen funcionamiento de su sistema urinario. Estas pequeñas piedras compuestas de minerales aglomerados dificultan la micción de tu compañero y le causan dolor. Descubre cómo prevenir el riesgo de cálculos renales caninos, y cómo disolverlos, si el mal ya está hecho, gracias a un tratamiento veterinario adecuado.

Los cálculos renales en los perros, también conocidos médicamente como nefrolitiasis, son agregados de minerales cristalinos que se forman en los riñones.

Esta cristalización resulta a menudo de una concentración elevada de ciertas sustancias en la orina, como el calcio, el oxalato, el urato o el fosfato. Cualquier perturbación del delicado equilibrio de estos minerales en el sistema urinario del perro puede llevar a la formación de cálculos.

Además, estas formaciones minerales pueden variar en tamaño, desde granos de arena microscópicos hasta estructuras lo suficientemente grandes para ser detectadas fácilmente por imágenes médicas.

Existen diferentes tipos de cálculos renales en los perros que presentan una composición química específica. Por ejemplo, los cálculos de oxalato de calcio están entre los más comunes. El tipo de cálculo influye en el tratamiento y los métodos de prevención.

Los cálculos renales en los perros pueden formarse por diversas razones, a menudo relacionadas con una combinación de factores dietéticos, genéticos, ambientales y de salud.

Una alimentación desequilibrada, demasiado rica en minerales, como el calcio, el fósforo y el oxalato, y en proteínas, favorece la formación de cálculos. Estos nutrientes en exceso precipitan y forman cristales en los riñones.

Por lo tanto, es crucial elegir bien tus piensos perro y orientarte hacia la pienso perro insuficiencia renal frente a trastornos urinarios y renales, de acuerdo con tu veterinario.

La formación de cálculos renales en el perro puede ser causada por una orina demasiado concentrada, consecuencia de una falta de hidratación.

Algunas razas de perros son más propensas a desarrollar cálculos renales. Esta predisposición puede deberse a factores hereditarios que afectan el metabolismo o la capacidad de eliminar ciertos minerales. Entre las razas más sensibles a los cálculos renales, encontramos al dálmata, el bichón frisé, el yorkshire, el shih tzu, el caniche, el bulldog inglés y francés, o el cocker spaniel.

Los cálculos renales en el perro también son favorecidos por las infecciones urinarias que pueden modificar la composición química de la orina.

Ciertos tipos de bacterias (Staphylococcus, Escherichia coli, etc.) también producen sustancias que precipitan y forman cristales.

Un pH urinario demasiado ácido o demasiado alcalino puede favorecer la formación de ciertos tipos de cálculos renales en el perro. Además, el pH de la orina puede ser influenciado por la alimentación, la deshidratación y ciertas patologías.

Ciertas condiciones metabólicas, como la hiperparatiroidismo (producción excesiva de hormonas paratiroideas), aumentan los niveles de calcio en la sangre y la orina, llevando a la formación de cálculos renales en el perro.

Finalmente, la toma de medicamentos, un estilo de vida sedentario o simplemente la edad y el sexo del animal (machos mayores) contribuyen al aumento del riesgo de cálculos.

Como puedes ver, algunos de estos síntomas pueden ser indicativos de otras patologías. ¡No concluyas un diagnóstico por ti mismo demasiado rápido!

En caso de duda, consulta rápidamente a un veterinario, ya que las patologías que afectan a los riñones pueden deteriorar de forma notable la salud de tu compañero.

Aunque algunos perros viven con cálculos renales sin síntomas aparentes, estas formaciones cristalinas pueden causar problemas urinarios graves, como infecciones o incluso una obstrucción urinaria que requiera una intervención médica de emergencia. Para evitar esta situación, lee lo siguiente.

Para identificar si un perro sufre de cálculos renales, el veterinario sigue un protocolo en varias etapas.

En la primera consulta, el veterinario evalúa de manera exhaustiva los síntomas y realiza un examen físico. También tiene en cuenta los antecedentes médicos del perro, incluyendo su dieta, su nivel de hidratación y cualquier historial de infecciones urinarias o cálculos.

Un análisis de orina se realiza a menudo para evaluar la presencia de sangre, proteínas, cristales o otras anomalías. Este análisis puede revelar signos de infección urinaria, a menudo asociada con cálculos renales.

Dependiendo de los síntomas y los resultados del análisis, las radiografías abdominales algunas veces proporcionan información adicional, aunque no todos los cálculos son visibles. En este caso, la ecografía representa un método no invasivo muy efectivo para visualizar los riñones y detectar cálculos renales en el perro.

Finalmente, se pueden realizar análisis de sangre para evaluar la función renal.

El tratamiento para los cálculos urinarios en el perro varía en función de varios factores, como el tipo de cálculos, su tamaño, su ubicación y el estado de salud general del animal. A menudo, los cambios en la dieta son indispensables para disolver los cálculos renales del perro.

Dietas especiales, pobres en ciertos minerales y ajustadas en pH, se prescriben para modificar la composición de la orina y prevenir la formación de nuevos cálculos.

De manera complementaria, el animal deberá beber más agua para diluir la orina y reducir su concentración en minerales que causan los cálculos renales. A largo plazo, se pueden recomendar bebederos para perro o alimentos húmedos.

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Finalmente, una intervención quirúrgica para extraer los cálculos resultará necesaria desde la vejiga o las vías urinarias para los cálculos renales demasiado grandes para ser disueltos o eliminados naturalmente, o en caso de obstrucción urinaria.

Tu veterinario será tu mejor asesor para implementar un tratamiento adecuado. Además, un seguimiento médico a largo plazo ayudará a verificar que los cálculos no se vuelvan a formar.

La prevención de los cálculos renales en el perro implica varias estrategias complementarias, pero todas están relacionadas con la higiene de vida del animal.

Asegurar una buena hidratación de tu perro es fundamental. Anímale a beber suficiente agua a lo largo del día, especialmente en verano.

Tazones de agua fresca y limpia deben proveerse constantemente. Para los perros menos inclinados a beber, considera la opción de paté para perro con problemas urinarios y renales o añade agua a su comida seca.

Por supuesto, una alimentación equilibrada, adaptada a las necesidades específicas de tu perro, es esencial. Le proporciona los nutrientes esenciales para su salud y contribuye a mantener su peso ideal. No olvides hacer que tu compañero practique ejercicio físico diariamente para una buena salud general.

Ciertos perros requerirán una dieta especial para prevenir la formación de cálculos, especialmente si ya han sufrido de cálculos renales o de infecciones urinarias. Tu veterinario te guiará en esta elección estratégica.

Finalmente, los exámenes veterinarios regulares, incluyendo análisis de orina, pueden ayudar a detectar los primeros signos de problemas renales o urinarios antes de que se conviertan en algo serio.

¡En caso de infección urinaria, consulta inmediatamente a tu veterinario!

¡Consejos a recordar! Los cálculos renales en los perros representan una patología compleja influenciada por: la dieta, la hidratación, la genética y la salud general del animal. La prevención y el tratamiento requieren un enfoque holístico que tenga en cuenta la alimentación, la hidratación y la actividad física, además de un seguimiento veterinario regular. Cuida bien a tu compañero y sácalo regularmente para mejorar su comodidad urinaria: si es posible, cada 4 a 6 horas.