¿Por qué mi hámster grita?

Saber interpretar los gritos y otros chillidos de nuestros animales no es nada fácil. Aunque ciertos comportamientos son poco ambiguos y pueden orientarnos sobre los estados de ánimo de nuestros compañeros peludos, no siempre resulta sencillo adoptar la reacción correcta frente a su actitud. Así que cuando se trata de un hámster, la dificultad es aún mayor. Aquí hay algunas pistas para poder interpretar los gritos de su pequeño rongeur.

Los diferentes tipos de gritos del hámster

Si su hámster emite pequeños chillidos, ligeros a su oído, pero potentes para su tamaño, es probable que esté asustado (a analizar en función del contexto), o bien que esté sufriendo. Puede ser útil llevarlo a un veterinario en este caso.

Por otro lado, si un hámster emite pequeños gruñidos o siseos al estilo de un gato, significa que les está enviando señales amenazantes. En este caso, es mejor dejarlo en paz, o si está en presencia de otros individuos, separarlos.

Pequeños chillidos secos y repetitivos pueden expresar alegría, por lo que no hay que preocuparse en este caso.

Cuando se trate de piar, estos pueden tener varias interpretaciones: en el hámster bebé, simplemente está pidiendo la presencia de sus padres. En el adulto, es un grito normal que emite particularmente cuando está en busca de alimento. Entonces pueden ocurrir durante todo el día. Una vez saciado, si los piidos continúan, también es necesario vigilar a su pequeño compañero, para estar seguro de que no trata de expresar su dolor.

Otro ruido fácil de distinguir puede ser el chasquido de dientes. Esto ocurre generalmente cuando el hámster se enfrenta a otros individuos de su especie. Es una forma que tienen de intimidar a sus congéneres, y en estos casos es mejor aislar a su hámster ante el riesgo de una pelea inminente.

Un simple pequeño gruñido puede simplemente servir para expresar su descontento, al igual que hacen todos los otros animales.

Cómo interpretar estos gritos?

Estos comportamientos deben ser vigilados, y solo se vuelven preocupantes si se prolongan en el tiempo. En caso de duda, no dude en consultar a un especialista, ya que los hámsters son animales frágiles y especialmente propensos a problemas cardíacos. Manténgalos de manera que se sientan cómodos en su entorno, y no los exponga a nada que pueda provocar un gran aumento de estrés en ellos.

Otros factores combinados con ciertos gritos pueden de hecho sugerir que su hámster está sufriendo: por ejemplo, un animal que nunca usa su rueda y parece apático probablemente tiene un problema de salud. Lo mismo ocurre con los roedores que tienden a rascarse mucho, rápidamente, y fuera de las áreas donde se encuentran sus glándulas olfativas. Pueden estar afectados por hongos o parásitos y por lo tanto necesitan ser llevados a una consulta veterinaria.

De la misma manera, un hámster que tiende a roer demasiado los barrotes de su jaula es un hámster que probablemente no tiene lo que necesita para desgastar sus dientes. Esto puede resultar ser un verdadero impedimento si no logra limarse los dientes en su entorno natural. Asegúrese de proporcionarle los accesorios necesarios para evitar consecuencias para su compañero.

Además, un hámster apático no necesariamente está enfermo; pueden tardar un tiempo en acostumbrarse a su espacio, y a veces simplemente necesitan tranquilidad y baja iluminación.

Tómese el tiempo para analizar los gritos de su animal así como su comportamiento a fin de adoptar la reacción adecuada, y sea consciente de que los hámsters siguen siendo pequeños animales de compañía bastante frágiles.