Pododermatitis en conejos: Causas, Síntomas y Tratamiento
La pododermatitis en conejos, conocida también como "mal de patas", es una irritación de la planta del pie en los conejo domésticos. Si bien no es grave si se trata a tiempo, puede evolucionar hacia una afección más severa si la atención es tardía.
En este artículo, el equipo de Zoomalia te ayuda a recordar las causas de esta enfermedad para prevenir su aparición; a identificar los síntomas para reaccionar rápidamente; y a conocer los tratamientos disponibles para acompañar a tu leal compañero en caso de infección.
Conocer las causas de la pododermatitis en conejos
Definición y explicación
Como indica su nombre, la pododermatitis en conejos domésticos afecta las patas (podo) y la piel (dermatitis). A diferencia de otros animales, como perros y gatos, los conejos no tienen almohadillas: más allá de la presencia de pelo, su planta del pie está en contacto directo con el suelo.
Por este motivo, pueden surgir inflamaciones de la epidermis cuando tu compañero pisa superficies particularmente irritantes. Estas pueden evolucionar hacia una infección, con consecuencias a veces graves.
Factores agravantes de la pododermatitis en conejos
El cautiverio y la sedentaridad son las principales causas de la pododermatitis: en la naturaleza, los conejos salvajes raramente están expuestos a ella. La inactividad de tu compañero, que a su vez puede llevar a una situación de sobrepeso, riesga de debilitar su planta del pie. Una lecho poco mantenido y renovado, ya que provoca la proliferación de bacterias, también es un elemento desencadenante.
Asimismo, atención a las alfombras y moquetas: los "males de patas del conejo" pueden ser provocados por roces repetidos sobre este tipo de superficies rugosas. Finalmente, un animal con ciertos antecedentes (carencias en vitamina C, fracturas, esguinces, artrosis... o una pododermatitis previa) presenta un riesgo mayor de desarrollar esta enfermedad.
Reconocer los síntomas y diagnosticar las pododermatitis en conejos domésticos
Los síntomas a vigilar en tu conejo
El primer signo de la pododermatitis en conejos es una pérdida de pelo en las patas más abundante de lo habitual. La epidermis se expone poco a poco y presenta un color rojizo, primer señal de una inflamación. Estos síntomas a menudo pasan desapercibidos: por ello, te aconsejamos verificar regularmente las patas de tu conejo — especialmente los miembros traseros, que están más en riesgo. Sin esto, la piel se enrojecerá aún más hasta volverse blanda: se desarrolla entonces una úlcera, que se extiende progresivamente en los tendones.
Se constatan costras, abscesos, secreciones de pus, hinchazón de las articulaciones... En esta etapa, tu conejo puede cojear, debido al dolor causado por la infección. Esta última señal de alarma indica que es urgente intervenir: en los casos más extremos, una pododermatitis no tratada puede requerir una amputación de urgencia, e incluso poner en peligro la vida de tu animal.
El diagnóstico veterinario del "mal de patas" del conejo
Es frecuente que la pododermatitis se descubra fortuitamente y tardíamente, durante una visita de control médico. Por lo tanto, en cuanto notes síntomas alarmantes, lleva a tu conejo al veterinario: él será quien establezca el diagnóstico, según el grado de evolución de la enfermedad.
Se distinguen tres etapas: en el primer estadio, solo la epidermis (la superficie exterior de la piel) está afectada. En la segunda etapa, la infección se propaga en la dermis (la capa intermedia) y comienzan a aparecer úlceras. En el tercer y último estadio, la pododermatitis se ha extendido a los tendones, incluso al hueso, y la proliferación de bacterias conduce a secreciones purulentas. Recuerda entonces: es importante reaccionar desde las primeras señales.
Prevenir, tratar y remediar los "males de patas" del conejo
¡Los gestos de prevención a recordar!
Si la lectura de este artículo te parece ansiógena, tranquilízate: la pododermatitis no es una fatalidad. Aplicando los correctos gestos de prevención, puedes reducir su aparición y protegerte de las formas más graves. Para ello, hay una regla esencial a seguir: ¡la higiene de tu animal!
Utiliza una cama menos irritante (prefiere un sustrato vegetal, como el heno), y asegúrate de que se renueve regularmente. Incrementa al máximo el tamaño de la jaula de tu conejo, déjalo pasear por tu casa (bajo tu vigilancia), y proporciónale juegos y circuitos de ejercicio para que pueda estirar las patas tan a menudo como sea posible.
Controla su régimen alimenticio, especialmente si presenta sobrepeso, con una proporción más alta de fibras en comparación con los gránulos. Un aporte de vitamina C también puede ser bienvenido, con el fin de fortalecer la solidez de su epidermis. Finalmente, asegúrate de mantener sus garras regularmente cortadas, para prevenir cualquier riesgo de lesión.
El tratamiento veterinario de la pododermatitis en conejos domésticos
Si, a pesar de tu vigilancia, tu conejo ha desarrollado un "mal de patas", tu veterinario te propondrá un remedio adecuado al estadio de evolución de la enfermedad: cuanto más avanzada esté, más complicado será el tratamiento.
En el caso de una irritación superficial, se te prescribirán cuidados locales: una pomada antibiótica o un spray cicatrizante, que deberás aplicar delicadamente en las zonas inflamadas.
Para una infección más severa, también tendrás que administrar antibióticos y antiinflamatorios a tu compañero. En los casos más graves, el médico a veces tendrá que realizar una intervención quirúrgica para limpiar a fondo las extremidades de tu conejo.
En resumen, si solo debieras recordar un consejo, sería este: vigila frecuentemente las patas de tu animal. Es la mejor protección que puedes ofrecerle frente a la pododermatitis en conejos. Consultar a su veterinario desde las primeras señales de alerta permite generalmente una curación rápida. Finalmente, y como con todos los animales, es esencial preservar diariamente la higiene de vida de tu compañero, ofreciéndole un entorno limpio, ejercicio regular y una alimentación saludable, para mantenerlo en excelente salud.
