La tos de las perreras: causas, síntomas y tratamiento
La tos de las perreras es una enfermedad infecciosa del pulmón en los perros, también llamada traqueobronquitis infecciosa que se manifiesta generalmente por fuertes toses. Esta patología es muy contagiosa y se transmite rápidamente, especialmente en perreras, refugios, pensiones caninas, entre los propietarios de varios perros de caza, o en concursos o competiciones deportivas caninas.
Dada su velocidad de propagación, esta infección se repite frecuentemente en los caninos. Su erradicación completa resulta imposible, sobre todo porque varios agentes patógenos están implicados. Sin embargo, se trata muy bien, especialmente para los sujetos vacunados regularmente en prevención de las formas graves y de las complicaciones.
La Tos de las perreras: las causas de contaminación
Los orígenes
Varios agentes patógenos pueden causar la tos de las perreras, como el virus Bordetella bronchiseptica, las bacterias Parainfluenza canino (CPIV), el adenovirus canino del tipo 2 (CAV-2), y otros más como el Mycoplasma, las pasteurellas y los coronavirus respiratorios.
Un solo de estos agentes puede desencadenar la enfermedad, aunque lo más común es que varios de ellos estén presentes al mismo tiempo. Una vez desarrollada la infección, otros agentes patógenos parásitos pueden agravar el estado del perro.
El modo de propagación
El nivel de alerta respecto a la propagación de esta afección respiratoria está en rojo ya que la contaminación puede producirse por el aire o por contacto directo solo al toser o estornudar. El lamer el hocico de un sujeto sano por un animal infectado es suficiente para transmitir esta patología. Los objetos contaminados por caninos afectados también pueden propagar el virus durante varias horas después de la contaminación.
Los más vulnerables a esta afección patológica son los senior y los perros ya enfermos o en convalecencia. Sin embargo, los cachorros y los juniors son los más afectados, especialmente aquellos que viven en colectividad, como en criadores profesionales.
Los síntomas de la tos de las perreras y el diagnóstico
Los signos preocupantes
Generalmente, el tiempo de incubación de la tos de las perreras es de pocos días, una semana en promedio. Mucho antes de la aparición de los primeros síntomas, el animal ya es altamente contagioso.
Las toses secas son las primeras señales de advertencia que deben alertar a los propietarios, especialmente cuando el sujeto intenta regurgitar sin que salga nada. Estos indicios pueden acompañarse de una bajada de apetito.
Los fluídos en el hocico y los ojos también son frecuentes, así como estornudos en algunas ocasiones. Se instala un gran estado de fatiga y se manifiestan dificultades respiratorias en cada salida.
Si el estado del perro empeora, pueden añadirse a estos síntomas, problemas respiratorios agudos, fiebre e incluso anemia.
En caso de infección leve, los signos pueden persistir durante unos 10 días. Si no se observa ninguna mejoría, lo mejor es acudir rápidamente a una clínica veterinaria. El restablecimiento completo de los caninos varía de 2 a 6 semanas según su estado y su edad al inicio del tratamiento.
El aislamiento de los perros enfermos es obligatorio para limitar la propagación del virus durante el tratamiento.
El diagnóstico veterinario
Aunque todos los síntomas mencionados anteriormente sean buenos indicadores de la infestación del sujeto por la tos de las perreras, consultar a un veterinario es la medida adecuada a tomar. Hay que recordar que varias enfermedades caninas pueden presentar los mismos síntomas, por lo que la opinión de un especialista es necesaria para que el tratamiento recomendado sea el adecuado.
Esta patología es conocida por ser benigna, por lo que los propietarios no se preocupan demasiado. Se pierde un tiempo precioso para brindar cuidados adecuados si resulta ser una enfermedad más grave pero el diagnóstico fue incorrecto. En la clínica veterinaria, la auscultación puede incluir un análisis de sangre y una radiografía en caso de problemas respiratorios graves.
Los remedios contra la tos de las perreras
El tratamiento médico
En la mayoría de los casos, la tos de las perreras es benigna y desaparece por sí sola. Los propietarios deben ser cautelosos si su perro está a menudo en contacto con otros caninos, debido al alto nivel de contagio, antes y después de la manifestación de los síntomas.
Ante cualquier señal de preocupación, el propietario siempre debe buscar consejos de su veterinario. Se recomienda no dar medicamentos destinados a humanos a su perro. Aunque la tos de las perreras puede curarse por sí sola en unos días y se manifiesta generalmente por la tos, es muy fácil confundirla con otras enfermedades que tienen los mismos síntomas, como el colapso traqueal, una enfermedad degenerativa que afecta a los caninos, la intolerancia al humo pasivo del tabaco, la contaminación del aire, problemas fúngicos, malformaciones a nivel del corazón o de los pulmones. Solo la consulta de un veterinario permite establecer un diagnóstico preciso para un tratamiento adecuado.
Si la atención es rápida, los riesgos de complicaciones pueden disminuirse. El tratamiento prescrito depende de la forma de la afección respiratoria, un simple antitusivo con mucho reposo puede ser suficiente, pero se pueden agregar antibióticos según el animal enfermo y la evolución de la infección.
En el peor de los casos, el propietario debe considerar análisis de sangre y radiografías de pulmón, e incluso la hospitalización, especialmente si el sujeto es puesto bajo una máscara de oxígeno.
Las soluciones preventivas
El miel cruda y el aceite de coco ayudan a los pulmones y alivian la garganta. Hacerles beber tisanas o infusiones a base de regaliz o de salvia promueve la recuperación rápida. Unas gotas de aceites esenciales vertidas en difusores o humidificadores calman los problemas respiratorios.
Desde un punto de vista médico, la mejor solución preventiva que existe actualmente es la vacunación, a partir de la 4ª semana de los cachorros. Puede hacerse por inyección o por vía intranasal. La primera es especialmente recomendada para los cachorros.
La vacunación es obligatoria para los perros que se alojan en perreras dado el carácter altamente contagioso de esta enfermedad. Esta medida sirve tanto para proteger al animal como a los otros pensionistas susceptibles de entrar en contacto con él. La vacuna contra la tos de las perreras generalmente se asocia con la vacuna contra la parvovirosis y la enfermedad de Carré. El propietario debe recordar que el refuerzo es obligatorio para una mejor protección.
Los dueños de animales deben permanecer atentos a la salud de su compañero haciendo visitas de rutina al veterinario regularmente. A medida que el animal envejece, estas visitas deben ser más frecuentes y rutinarias, similarmente para los sujetos que han estado gravemente enfermos en el pasado. La información que circula en el vecindario también permite estar al tanto de una posible contagio. En tal situación, las instrucciones de confinamiento son obligatorias para no exponer a su pequeño compañero a esta afección respiratoria.
¡Precaución! Una tos de las perreras mal tratada puede rápidamente virar hacia complicaciones pulmonares que pueden llevar al deceso del animal. Este caso es raro, pero no imposible para los sujetos que tienen una constitución débil, como los cachorros que acaban de ser destetados, o los perros enfermos o demasiado viejos.
Aunque sea benigna, la tos de las perreras puede presentar formas graves que se manifiestan según el estado de salud física y el estrés del perro. Se recomienda encarecidamente un chequeo del estado de salud general de su compañero, al menos una vez por año para limitar las complicaciones. La vacuna también se recomienda, sobre todo para los caninos que suelen salir o que tienen una vida social activa, como aquellos que participan en concursos o que frecuentan asiduamente los parques y las guarderías.
