Kinesiología animal: Entrevista a Alix en 12 preguntas

La kinesiología es una práctica de cuidado que se dirige no solo a seres humanos, sino también a animales, como perros, gatos y caballos. La kinesiología animal consiste en utilizar el cuerpo como herramienta de diagnóstico y tratamiento, analizando los movimientos y reacciones del animal para determinar los disfuncionamientos y los bloqueos energéticos. Es un método holístico que considera al animal en su totalidad, tomando en cuenta su historia, su entorno, su nutrición, su comportamiento y su estado emocional. Se basa en el principio de que el cuerpo posee sus propios mecanismos de sanación y que el terapeuta solamente debe ayudar al animal a activar estos mecanismos liberando los bloqueos energéticos.
Se puede recurrir a un kinesiólogo para animales para tratar una gran variedad de problemas de salud, como dolores articulares, trastornos digestivos, alergias, alteraciones de comportamiento, trastornos respiratorios y enfermedades crónicas. Pero también para mejorar el rendimiento de animales de competición, para preparar a los animales ante situaciones estresantes como los viajes, o simplemente para mantener su salud y bienestar.
Zoomalia ha hablado con Alix, una joven kinesióloga profesional que comparte con nosotros sus experiencias, su camino de formación y su pasión por los animales. Esta terapeuta en kinesiología y comunicación animal utiliza varias técnicas para evaluar el estado de salud del animal. Puede observar su postura y su comportamiento, detectar los bloqueos energéticos o estimular la energía del cuerpo. Cabe destacar que la kinesiología para animales es una práctica no invasiva y sin dolor. Por lo tanto, es adecuada para todo tipo de animales, ya sean jóvenes o mayores, sanos o enfermos. Puede usarse en complemento de un tratamiento médico tradicional o como tratamiento alternativo.

Me llamo Alix Lucidarme, tengo 30 años, vivo en Doubs, cerca de Morteau con mi familia. Soy apasionada por los animales, el bienestar (especialmente por el yoga) y soy una gran lectora.

Soy de las que leen 5 libros al mismo tiempo, dejo mi taza de té cerca y en lugares imprevistos, para la gran desesperación de mi pareja.

Etymológicamente, la kinesiología significa la ciencia del movimiento. Esta práctica, derivada de la medicina china, permite encontrar y liberar emociones bloqueadas en la memoria celular y el subconsciente. Porque sí, el cuerpo tiene memoria y registra todo lo que ha vivido, desde el principio de su existencia.

Es una técnica holística, que toma en cuenta al individuo en su totalidad, tanto física, mental o emocionalmente, ya que todo está interconectado.

Los bloqueos emocionales llevan a problemas en el animal, no explicados por exámenes veterinarios (por ejemplo, agresividad, ansiedad, llanto, pérdida de apetito, etc.).

He trabajado durante seis años como enfermera. Finalicé esta carrera después de un Burn-Out en 2021. Me di cuenta de que era hora de cuidar de mí y de darle un nuevo sentido a mi vida, especialmente a través de una profesión que me apasionara.

Pude recordar mis sueños de niña, donde me imaginaba ayudando a los animales. Conocía la kinesiología desde hacía varios años y había podido constatar sus beneficios, a veces sorprendentes, tanto en mí misma como en mis animales. Así que decidí formarme en esta práctica a fines de 2021, pero solo para animales, ya que necesitaba hacer una pausa con los "humanos".

La formación resultó ser apasionante, me sentí completamente en mi lugar. De forma muy natural, me instalé en julio de 2022, justo al finalizar mi formación, en mi departamento.

Me formé en la Escuela Alma Animal, en Touraine. Hay pocas escuelas de kinesiología con un plan de estudios especializado en animales, ya que la técnica se desarrolló originalmente para humanos.

Elegí esta escuela por varias razones: viví unos años en Touraine, donde descubrí la kinesiología con Mélanie Conet, una kinesióloga y formadora que me ayudó mucho con Komo, mi antigua perra que compartió mi vida en ese momento y que sufría muchos traumas.

Con Mélanie, pude ver su amabilidad, profesionalismo y habilidades durante las sesiones con Komo. Fue natural buscarla para informarme sobre la escuela de kinesiología que había creado.

Descubrí una escuela a escala humana, formadoras amables, apasionadas, con muchas habilidades (kinesiólogas para humanos y animales, médico chino, maestro reiki) y un ambiente acogedor.

Guardo un excelente recuerdo, todavía tengo contacto con los miembros de mi promoción, a quienes considero como una segunda familia, y hablamos regularmente entre nosotros.

En cuanto al aprendizaje de la kinesiología, está abierto a todos, sin importar su origen, sin requisitos previos. No se necesita ningún "don" para llegar allí, piénselo como un idioma extranjero que se aprende. Al principio, no entendemos nada y nos desesperamos un poco. Pero, con la práctica, aprendemos a escuchar y comprender cosas antes de florecer completamente en ella.

La comunicación animal es una parte integral de la formación en esta escuela. Al igual que la kinesiología, no se necesita un don, es un método que se debe aprender y practicar regularmente para desarrollarlo plenamente.

Este módulo está abierto a todos fuera de la formación, lo que nos permite encontrarnos con todo tipo de personas: desde jóvenes mayores de edad, pasando por dueños de animales que desean entenderlos mejor, hasta mujeres de más de sesenta años que desean comunicarse con su perro fallecido hace años.

Realmente me pueden llamar por todo tipo de situaciones y problemas. A veces, las personas me llaman para prevención: su animal no tiene problemas en particular, simplemente quieren ofrecerle un momento de bienestar. Esto me permite eliminar emociones enterradas que podrían causar problemas en unos años.

De lo contrario, la mayoría de las veces, me contactan por problemas muy arraigados que algunos animales han tenido durante varios meses o años. Puedo trabajar en problemas de comportamiento (agresividad, marcaje, ladridos, destrucción, aislamiento), psicológicos (ira, ansiedad, tristeza, depresión o incluso depresión) o físicos (cojeras, dolor, enfermedades crónicas, postoperatorios) y muchos más.

Para los animales, ayudo tanto a los animales domésticos (perros, gatos, equinos), de cría (vacas, cabras) como a los NAC (aves, serpientes, lagartos) hasta los animales salvajes (rapaces, erizos, zorros, abejas) y muchos más...