Tortuga Terrestre: ¡Todo lo que necesitas saber sobre ella!
Has decidido adoptar una tortuga terrestre? Debes saber que este animal doméstico se considera un reptil salvaje en peligro de extinción y está sujeto a una regulación estricta. Criar una tortuga terrestre no se improvisa: requiere conocerla al dedillo y estar en regla con la administración. Descubre sus orígenes y todas las características que te permitirán cuidarla perfectamente bien.
¿De dónde viene la tortuga terrestre?
La tortuga terrestre forma parte de los reptiles vivos más antiguos de nuestro planeta. Apareció hace 200 millones de años en la Tierra. Del nombre científico Quelonios, existen al menos 300 variedades originarias de África, América, Asia y dispersas en Europa. Infórmate sobre las numerosas especies protegidas. Encontrarás más bien tortugas domesticables y asequibles como la tortuga de Hermann, la tortuga griega, la tortuga rayada, y la de Horsfield. Otras más costosas están presentes en el mercado: la tortuga de sabana, la tortuga de las estepas, la tortuga de cabeza amarilla, la tortuga techo de la India, la tortuga de Madagascar o de Birmania.
El carácter de la tortuga terrestre
Tu tortuga doméstica puede vivir hasta los 70 años gracias a una salud de hierro. Compañera ideal para un niño, la tortuga es independiente, tranquila, sociable, inofensiva, extremadamente encantadora, pero fácil de perseguir por los depredadores. Mayoritariamente herbívoras y totalmente frioleras, las tortugas tienen sangre fría y adoran excavar en la tierra o la arena.
El físico de la tortuga terrestre
El tamaño (entre 20 y 35 cm) y el peso (de 700 g a 1 kg) varían según las especies. Su caparazón se caracteriza por una dossiere y un plastrón que sirven de armadura protectora. De hecho, su caparazón derivado de su tejido dérmico se apoya en la formación de las costillas del animal. Para consolidar su escudo, el animal necesita regularmente de calcio y vitamina D. Las patas son relativamente musculosas y su pequeña cola difiere entre el macho y la hembra. Las especies domésticas más comunes son fácilmente identificables:
- La Tortuga de Hermann: muy popular, mide 28 cm y presenta 2 bandas negras bajo su plastrón y una cola con garras.
- La Tortuga Griega: negra y amarilla, alcanza 35 cm de largo con una bonita cabeza cuadrada.
- La Tortuga rayada o marginada: de una longitud de 30 cm, sus escamas posteriores forman una especie de falda.
- La Tortuga de Horsfield: esta pequeña tortuga de 20 cm de largo es realmente adorable.
La tortuga terrestre en la vida cotidiana
Muy apreciada por los terrariofilos apasionados, incluso novatos, la tortuga terrestre se complace en el exterior de marzo a octubre, de ahí el interés de ofrecerle un jardín cercado y espacio sombreado. Para su seguridad, deberás evitar los estanques en los que podría ahogarse. Su instinto la lleva a excavar a menudo en el suelo para depositar sus huevos.
Para combatir el furtivismo de estas encantadoras criaturas, la venta de tortugas terrestres está regulada y controlada desde 1979. Para acogerlas legalmente, deberás hacer la declaración y obtener un certificado CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre). Un microchip obligatorio permite identificarlas oficialmente.
Su hábitat
La tortuga terrestre ama el aire libre y la exploración. Sin embargo, un terrario es indispensable, de vidrio preferiblemente, ya que restituye el calor fácilmente, a pesar de necesitar una calefacción para su bienestar. En el interior, le proporcionarás algo de tierra y virutas de madera para el sustrato (o suelo), un rincón fresco, así como un escondite.
Su alimentación
Aunque la tortuga no tiene dientes, no es menos glotona. Su régimen vegetariano se caracteriza por insectos, gusanos de harina, frutas, verduras y algunas flores. Las malas hierbas y los huesos de sepia son excelentes nutrientes. Consulta a tu veterinario sobre los alimentos frescos que debes dar según la especie escogida, y los vegetales tóxicos que debes evitar (lirios, ranúnculos, hojas de aligustre).
Su hibernación
La hibernación comienza entre finales de octubre y principios de marzo. Los adultos pueden hibernar durante más de 20 semanas. En cuanto a las más jóvenes, hibernan durante un máximo de 4 semanas. Prepara un lugar propicio para la hibernación: una caja llena de tierra o tierra vegetal, paja, hojas muertas, en un lugar fresco (entre 5 y 10 °C), en el garaje o en un sótano, sumergida en la oscuridad. ¡5 meses de sueño profundo la esperan! ¿Podrás esperar todo ese tiempo sin tu mascota?
En resumen, la tortuga terrestre es un animal domesticado a la vez vulnerable, adorable y soberano que vivirá fielmente a tu lado durante muchos años.
Artículos relacionados:
Taller DIY: Un recinto exterior para mi tortuga terrestre
¿Cómo manejar mi tortuga?
¿Cómo es la reproducción en las tortugas?
