El Persa: ¡Todo lo que necesitas saber sobre él!
El Persa es una raza de gato tranquilo y fiel, noble y elegante, pero que requiere cuidados muy específicos. Zoomalia te desvela su retrato de la A hasta la Z hasta la punta de sus bigotes.
El Persa: su historia
El antepasado próximo del Persa es el Angora Turco. Importado en Europa en el siglo XVIII, el Angora era un símbolo de refinamiento exclusivamente reservado a la nobleza. Es en el siglo XIX, en el Reino Unido, cuando aparecen los primeros Persas como resultado de cruzas entre el Angora Turco y el European Shorthair.
El físico del Persa
El Persa es un gato de patas cortas, de apariencia redondeada y masiva. Su cráneo ancho está aplanado en la parte frontal. Sus grandes ojos redondos transmiten una agradable sensación de dulzura. Las orejas del Persa son pequeñas y bien separadas. Sus patas son redondas y su cola corta está bien poblada.
El Persa es una raza conocida por su pelaje abundante y opulento, con una capa de subpelo gruesa. Un manto aún más largo en los hombros y el pecho, formando un hermoso y elegante collar. Antaño uniforme, el pelaje de los gatos Persas existe hoy en día en múltiples colores. El tamaño promedio del Persa es de 30 cm al lomo, pesando aproximadamente de 3 a 5 kg.
El carácter del Persa
Tranquilo y reservado, el Persa es un gato plácido que aprecia la comodidad de sus siestas. El afecto del gato Persa es ante todo de presencia. Prefiere seguir a su dueño y dormir tranquilamente a su lado en lugar de ser llevado y acariciado continuamente. Pero no se equivoquen, aunque transmita una cierta independencia, el Persa requiere mucha atención y no le gusta la soledad.
Los gatos Persas tienen la particularidad de poseer una mirada muy expresiva. Este gato se comunica más con sus ojos que con su voz. Esta, por cierto, es muy discreta y poco utilizada. Se necesita tiempo para descifrar las numerosas expresiones del rostro de un Persa, pero su compañía es un verdadero placer de ternura.
Su extraña morfología lo hace poco físico. Las sesiones de juego son frecuentes, pero cortas. Poco trepador, prefiere correr a gran velocidad a través de las habitaciones. Este gato hogareño no tiene tendencia a escapar. La tranquilidad de un interior cómodo tendrá mucho más éxito que un gran jardín. Muy rutinario, no le gusta que sus hábitos se vean alterados y aprecia mantener su rutina diaria.
La dieta del Persa
Como todo animal de compañía, el Persa necesita una alimentación de buena calidad. Es preferible elegir marcas ricas en carnes, pobres en cereales y, si es posible, fabricadas en Francia. Los piensos y patés vendidos en supermercados deben excluirse de manera imperativa.
Poco activo, el Persa es sujeto al sobrepeso. Un paté de buena calidad es suficiente para complementar su ración de piensos. Se debe poner agua limpia a su disposición de manera permanente.
Debido a que el Persa se aferra a su rutina, es importante alimentarlo a horas fijas. Su nariz achatada puede causarle problemas si el plato es demasiado profundo y/o estrecho. Elija un plato plano y ancho.
La salud del Persa
Los Persas presentan un flujo casi permanente en los ojos y la nariz. Su cara debe ser limpiada cada día con un guante húmedo y un limpiador ocular.
Pero la mayor dificultad del Persa proviene de su pelaje. Este se enreda muy fácilmente y debe ser cuidado diariamente, si no se quiere ver aparecer bolitas de pelo especialmente difíciles de quitar.
La esperanza de vida del Persa es bastante corta: alrededor de 10 a 15 años. Es sensible a problemas respiratorios, cardíacos y urinarios.
El hábitat del Persa
Este gato tranquilo requiere un ambiente calmado y sin sorpresas. Acepta sin problema a los niños siempre que estos respeten su sueño y no lo traten de forma brusca. Se recomienda para personas mayores, siempre que estas sean capaces de realizar sus cuidados diarios.
El Persa puede aceptar sin problema a perros y otros gatos siempre que estos no sean demasiado enérgicos y aprendan a respetar su espacio vital.
En cuanto a accesorios, algunos juguetes y un árbol para gatos son suficientes. Los gastos se realizarán más en el área de las camas y los productos de cuidado.
La reproducción del Persa
La reproducción del Persa es difícil y debe reservarse a criadores profesionales. Esta raza, de hecho, es propensa a numerosas complicaciones (partos difíciles, distocias, mortalidad prenatal, P.K.D., etc).
¡En resumen! El gato Persa se resfría fácilmente. Por lo tanto, conviene no sacarlo en invierno y evitar los choques térmicos. En cuanto al pelo, una media tosa anual de primavera puede ayudarle a deshacerse de su imponente manto invernal. En caso de sobrepeso, opte por una alimentación más ligera y más racionada presentada por ejemplo en un plato anti-glutón.