Perro San Huberto: Todo lo que Debes Saber sobre este Can de la Policía

Si lo conoces bien, esta raza de perro no es solo un montón de músculos. A pesar de su aire desenfadado, el perro San Huberto es potente. Su estructura está entre las más impresionantes del reino canino. Su robustez se asocia a una cierta nobleza que se percibe en cada uno de sus movimientos. Descubre todos los secretos de este perro de gran tamaño, tan sólido como inteligente.

Si pudiera hablar, el San Huberto te relataría la historia de sus ancestros que dejaron su huella en la historia durante la Edad Media y el Renacimiento. Sin embargo, se mostraría bastante modesto, ya que es posible rastrear su origen hasta la antigüedad, durante la época Galo-Romana. Gracias a su olfato excepcional este perro se hizo rápidamente famoso entre los hombres, quienes lo emplearon en la caza del jabalí especialmente.

Su crianza fue en principio tarea de la abadía de San Huberto, ubicada en el corazón de las Ardenas. Al inicio de las más ilustres líneas de esta raza, cada uno de sus más dignos representantes lucía un pelaje uniformemente negro. Fue más tarde que el pelo del perro San Huberto evolucionó hacia una magnífica alquimia de negro y fuego.

En el siglo XI, el San Huberto viajó hasta Inglaterra, junto a Guillermo el Conquistador. Fue así como se asentó duraderamente en ese suelo y tomó el nombre de Bloodhound, un término aún utilizado hoy en día. La raza pasó luego por un periodo menos glorioso. Durante su importación a Estados Unidos, fue utilizada para rastrear esclavos que habían logrado escapar.

Pero no te dejes engañar, el San Huberto supo pasar página a ese triste capítulo de la historia. Pronto fue reconocido por sus habilidades extraordinarias, pero también por su carácter amable, su inteligencia, resistencia y gran obediencia, este perro único encontró su lugar en las fuerzas policiales de todo el mundo. ¡Una hermosa manera de aprovechar, para lo mejor, sus cualidades excepcionales!

En 1960, durante el mes de agosto, más precisamente, el San Huberto fue reconocido oficialmente por la FCI.

El perro San Huberto es un perro de gran tamaño. Provisto de una musculatura impresionante, se desplaza con aplomo y a menudo con lentitud. Cuenta con una estructura más bien alargada, rectangular y armónica. Su actitud es siempre solemne en todas las circunstancias, aunque el exceso de piel en su cuello y mejillas le da una apariencia infantil.

Su pelo es corto, rígido y su pelaje es particularmente denso. A pesar de ello, este queda bien pegado a lo largo de su cuerpo. En la zona de su cabeza y sus largas orejas, el pelo es más suave, como si invitara a acariciar a este animal original. Sus ojos vivaces son de un marrón oscuro intenso. En cuanto a su cola, llevada en sable, es masiva y elegantemente curvada.

Como suele ser habitual, la hembra se muestra un poco menos grande y menos pesada que su compañero.

Conocido por sus habilidades de caza y reconocido por su fuerza, sigue siendo un perro adorable, aunque un poco obstinado cuando se lo propone. Por naturaleza, tiene la tendencia a apegarse profundamente a su dueño y de esta relación casi fusional surge una extrema amabilidad.

Consciente de su masa y su musculatura, el San Huberto se muestra siempre considerado. Es dulce, lento en sus movimientos y particularmente sociable. Le gusta el contacto con sus humanos favoritos, se revela curioso y amistoso tanto con otros perros, gatos y cualquier otra persona, ajena a su familia, que se vea obligado a tratar a diario.

Sin embargo, se percibe un poco de timidez cuando se enfrenta a extraños. Es fuerte, pero nunca muestra agresión alguna. Su tono de voz es cavernoso. A pesar de ello, raramente lo escucharás, pues este perro ladra muy poco.

Detrás de su aspecto de luchador, se esconde un ser muy sensible que solo busca unas pocas cosas: compañía, afecto y la satisfacción de su amo. Por ello, se integra fácilmente en un hogar, siempre y cuando se le dé un propósito a sus días.

Este perro necesita ocuparse, de poner a prueba su elite olfato y afrontar desafíos. Su lado infantil tiene su contraparte, porque, al igual que un joven humano aún en aprendizaje, puede mostrarse obstinado. 

Su educación por lo tanto requiere mucha paciencia y firmeza. Su dueño debe tomar constantemente decisiones específicas y dar órdenes firmes, pero justas. Por lo tanto, no es necesariamente el mejor candidato si es tu primer perro.

Finalmente, como seguramente supondrás, debido a su tamaño, no es adecuado para una vida sedentaria en apartamento. ¡Necesita espacio, mucho espacio!

Como todo perro de gran tamaño, este valiente compañero corre el riesgo de torsión gástrica si se le alimenta en exceso en una sola vez. Para evitarlo, basta con dividir su ración diaria en dos comidas bien distantes una de la otra.

Para él, comer no se improvisa. Necesita un tiempo tranquilo antes de ingerir el contenido de su cuenco, así como después de su ración. No planifiques ninguna actividad intensa o juego durante estos momentos.

Por naturaleza, este carnívoro está predispuesto a problemas de cadera al final de su vida. Puedes retrasar la aparición de los primeros síntomas ofreciéndole comidas equilibradas y evitando el picoteo inoportuno para prevenir cualquier sobrepeso dañino.

Idealmente, su cuenco se mantiene fuera del alcance fuera de las horas de servicio. De hecho, tiende a ganar peso fácilmente. Además del contenido de su cuenco, también tendrás que vigilar su curva de peso. Concretamente, puedes ofrecerle piensos de calidad. Siendo un gran comedor, aprovecha para presentarle comidas ricas en minerales, para garantizar la solidez de sus huesos.

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Finalmente, los problemas óseos generalmente se presentan cuando el animal envejece o en caso de obesidad. La displasia de cadera o la luxación de rótula son los problemas mayores inherentes a la raza.

Como un verdadero perro de exterior, necesita mucho espacio para florecer serenamente. Es un animal que ama mantenerse activo.

Su olfato excepcional lo predispone para una vida emocionante. A menudo es preferido por las fuerzas de seguridad, la policía o incluso los rescatistas de montaña.

Como todos los perros de compañía, el perro San Huberto necesitará una bella caseta cómoda y aislada que le permita montar guardia tranquilamente frente al umbral de tu puerta o en el jardín.

En un marco legal y regulado, la reproducción del San Huberto es relativamente simple. Una hembra puede tener de 6 a 8 cachorros en cada camada. Estos últimos deben ser educados muy pronto, para contrarrestar su naturaleza obstinada.

Un cachorro equilibrado ha sido atendido desde la edad de 2 a 3 meses. Manteniéndose sereno y justo, todo dueño puede llegar a sacar lo mejor de este perro de gran corazón.

¡Consejos a recordar! El perro San Huberto es impresionante. Grande y masivo, sin embargo oculta una naturaleza sensible y cariñosa. Capaz de vivir dentro de una familia, sin embargo, necesita espacio. Un gran jardín es indispensable. Sociable, puede ser obstinado si considera una orden fuera de lugar o injusta. Con paciencia y firmeza, se convierte a la larga en un excelente compañero. Propenso a ganar peso, es importante vigilar su alimentación y ofrecerle suficiente actividad física. Su olfato excepcional es la mejor herramienta para policías o cazadores. Finalmente, el San Huberto requiere un cuidado específico para evitar algunos problemas de salud propios de la raza. Ofreciéndole amor, presencia y paciencia, este valiente compañero alegrará tus días durante muchos años. Atención, sin embargo, no es adecuado para aquellos que adoptan por primera vez. Su carácter atípico requiere una experiencia mínima con perros.