¿Para qué sirven los bigotes del gato o vibrisas?

El bigote del gato es muy agradable de mirar, pero no se equivoquen, no es sólo un atributo de belleza para los gatos. Entonces, se preguntarán ¿para qué sirven los bigotes de los gatos? Estos pelos largos y finos, que también llamamos vibrisas, forman un órgano esencial. De hecho, representan el tercer órgano sensorial del felino, justo después del órgano de Jacobson, para el gusto y el olfato, y las almohadillas, alias el tacto. Nuestros expertos han descubierto para qué sirven los bigotes del animal, su poder, su importancia y por qué es mejor no tocarlos. ¡Dejémoslos crecer!

Las vibrisas o bigote de gato son órganos sensoriales muy importantes para los gatos. Aseguran numerosas funciones tanto en cuestión de orientación como de comunicación. Los bigotes son para los gatos lo que el GPS es para el automovilista. 

Estos bigotes están conectados por su base a una red compleja de terminales nerviosas extremadamente sensibles. Cuando observas atentamente la cara de un gato, notarás que estos bigotes se encuentran debajo de su nariz, pero no solamente. Por lo general, se cuentan 8 a 12 vibrisas a cada lado de las fosas nasales del gato, pero también pueden tenerlas en sus sienes, encima de sus párpados e incluso al nivel de sus cojinetes carpianos en sus patas delanteras. Los felinos pueden tenerlas en todo el cuerpo. 

Aunque los bigotes de los gatos aseguran todas las mismas funciones, no necesariamente son de la misma forma. Este órgano varía en función de las razas. En la mayoría de los gatos, estos bigotes son largos y rígidos, mientras que en otros, son raros, cortos y rizados. Incluso puede pasar que estos pelos se parezcan engañosamente al resto del pelaje del gato.

Los bigotes de gato son al mismo tiempo un GPS, un radar y un sonar. Estos órganos muy sensibles le permiten orientarse más fácilmente en su entorno. Mejoran enormemente su percepción del mundo. Es en parte gracias a sus bigotes que los felinos son capaces de las proezas físicas que se les atribuyen. En caso de caída, el gato calcula en unas fracciones de segundo el momento exacto para voltearse y caer sobre sus patas. Estos órganos también le permiten estimar la presencia de obstáculos o la distancia que separa dos muebles. Los bigotes tienen el poder de transmitir flujos constantes de información directamente al cerebro del gato, lo que le permite enfrentar las situaciones fortuitas que ocurren constantemente en su vida.

Los gatos pueden, con sorprendente facilidad, deslizarse en intersticios, debajo de los muebles o a través de pequeñas aberturas incluso cuando está muy oscuro. Cuando roza los obstáculos que se presentan delante, detrás o al lado de él, el gato está informado del espacio disponible que le permite pasar en los lugares más estrechos. Gracias a sus bigotes, un gato puede evaluar la velocidad y la dirección del viento, que son datos importantes cuando caza. Es por esta razón que antes de saltar sobre su presa, el gato parece observarla pacientemente. En realidad, está acumulando información sobre el ambiente para decidir el mejor momento para atrapar a dicha presa. También le sirven para detectar la procedencia de un olor que es transportado por el viento. Por tanto, incluso si un gato no sabe exactamente dónde está su presa, tiene todas sus posibilidades de atraparla gracias a sus pelos. Estos órganos combinados con su visión nocturna que ya es notable le permiten sobresalir en la caza. 

Parece que los bigotes del gato son también formidables herramientas de comunicación y de expresión de emociones. Estos largos pelos rígidos permiten al gato comunicarse con otros felinos. Por ejemplo, cuando estos pelos están completamente relajados, significa que el gato está completamente relajado y totalmente zen. Por otro lado, cuando los lleva hacia atrás, significa que el gato está asustado o bien que hay una situación que le preocupa. Cuando sus bigotes apuntan hacia adelante, el gato está atento a algo. Esto ocurre a menudo cuando acaba de detectar una presa, pero también cuando está irritado por algo o cuando juega. 

No olvidemos que los gatos son animales emotivos . Así, cada vez que una situación los afecta, sus pelos cambian de posición. Antes, para saber si un gato era agresivo o curioso, había que observar meticulosamente su comportamiento, la posición de sus orejas y los movimientos de su cola. Hoy en día, para conocer su comportamiento, es más fácil observar la posición de sus pelos, ya que las expresiones morfológicas pueden ser engañosas. Así que basta con observar atentamente sus bigotes para adivinar su humor. En general, cuando un gato está irritado, sus bigotes apuntan hacia adelante, sus orejas se inclinan hacia atrás, sus ojos están bien redondos, sus pupilas dilatadas y su cola no para de moverse. Cuando muestra todas estas señales, es mejor dejarlo tranquilo.

Cortar los bigotes de un gato es altamente desaconsejado. Éste perderá su capacidad de orientarse en el espacio. Tendrá la impresión de perderse aun estando en su área de juego. Sin sus pelos, el gato tendrá dificultades para percibir las cosas, incluso si están cerca de él. No sabrá más si el objeto en cuestión está cerca o lejos de él. En pocas palabras, se volverá torpe.

Y hasta que crezcan de nuevo sus vibrisas, el gato actuará de manera extraña. Incluso podría sufrir estrés si la situación se prolonga. Los dueños tienden a cortar los bigotes de sus gatos por razones estéticas o por falsas creencias, pero eso solo traería problemas al gato.

El bigote del gato es un órgano que le permite orientarse en el ambiente y en el espacio. Gracias a él, el gato puede realizar movimientos increíblemente insólitos. Privarlo de ello sería ir en contra de su naturaleza misma y de su bienestar, ya que ahora, ustedes saben para qué sirven los bigotes de los gatos. Así que, si por un desafortunado cúmulo de circunstancias, su mascota acaba de perder sus bigotes, no se asusten. Las vibrisas vuelven a crecer, pero sería preferible mantenerlo encerrado hasta que estén lo suficientemente largas como para permitirle ir de nuevo de paseo sin ningún peligro.

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