¿Por qué mi gato es agresivo?
A veces, nuestros mininos muestran agresividad sin que logremos comprender por qué. Bufidos, dientes que chocan, siseos, orejas hacia atrás... Los signos de descontento son numerosos en los gatos. Aquí hay varios elementos de respuesta que pueden explicar el comportamiento agresivo pero también trucos para calmar un gato enojado.
Se siente agredido
Los gatos no reaccionan como nosotros. Ciertas situaciones los ponen particularmente incómodos. Por ejemplo, si bloqueas la vista de tu felino mientras se encuentra en un rincón, se sentirá especialmente oprimido. Este estrés puede manifestarse como una forma de agresividad en modo de autodefensa. Cuando tu gato no tiene ganas de ser cargado en brazos o no puede hacer algo, la agresividad puede manifestarse. Hay que saber que el gato es un animal muy apegado pero también muy rutinario, que no le gusta que se cambie su día a día.
Cuando tu gato esté en un rincón, déjalo tranquilo y no lo tomes en brazos cuando no lo desee.
Tiene dolor en alguna parte
En ausencia de comunicación verbal, tu gato puede difícilmente expresar su dolor. Cuando tiene dolor en alguna parte, puede mostrarse agresivo. Cuando esto es inusual y perdurable, es mejor pedir la opinión a tu veterinario. Es tanto más necesario si no ha ocurrido ningún cambio significativo en tu hogar.
No esperes demasiado para consultar, es mejor hacerlo "por nada" que dejar que el dolor se instale.
Se ha levantado con la pata izquierda
¿Un despertar brusco? Eso puede bastar para poner a tu minino en un mal estado de ánimo. Algunos gatos pueden mostrarse agresivos al despertarse, si salen violentamente de un sueño, por ejemplo. Si tu gato se ha levantado con la pata izquierda, dale tiempo para que recobre sus sentidos. Cuando haga sus garras, ¡es la señal de que todo está mejor!
Necesita cazar
Es un hecho, por más tiernos que sean los gatos, siguen siendo depredadores. La caza es innata y contribuye a su buena salud física y mental. Aunque el comedero de piensos esté siempre lleno, nunca despreciarán atrapar un ratón, primero para jugar antes de devorarlo. De hecho, los gatos necesitan un aporte de al menos 30% de proteínas. Sin ello, pueden mostrarse más agresivos. ¿Es el instinto cazador que toma el mando? Difícil de decir pero esta explicación es probable.
Jugar con tu gato puede permitirle compensar esta necesidad de cazar. Utiliza ratones, una caña de pescar o una pelota para una buena sesión de deporte.
Ha visto un depredador
El gato es muy territorial. ¡En tu casa, está en su casa! Si otro gato u otro animal penetra el territorio, una guerra de clanes puede desatarse. Tu gato se pondrá entonces en una postura ofensiva para asustar al intruso y mostrar quién es el amo del lugar. Este estado agresivo puede perdurar mientras el intruso indeseado no haya sido ahuyentado por tu gato.
Para remediar a esto, te aconsejamos jugar con tu gato, con una presa que tu minino pueda agarrar. Los juguetes en forma de ratón son ideales para esta práctica. Esto hará que tu gato corra y pueda agarrar con toda su boca la "presa" para desahogarse y pasar su enojo.
