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PKD en gatos o Poliquistosis renal: Causas, síntomas y cuidados

La PKD en gatos - enfermedad poliquística renal - es una de las enfermedades más comunes que afectan los riñones del gato. Se forman quistes en sus órganos y pueden resultar en una insuficiencia renal aguda y crónica que puede ser fatal para el animal. Estos tumores crecen en el parénquima y comprimen este tejido a medida que evolucionan. La progresión de la enfermedad no es la misma en todos los individuos; puede ser rápida o lenta según las circunstancias y el estado de los riñones.

PKD en gatos o Poliquistosis renal: Causas, síntomas y cuidados

Causas de la poliquistosis renal en gatos

La poliquistosis es una enfermedad congénita, genética y hereditaria, es decir, que el sujeto la padece desde su nacimiento. Ningún factor externo interviene en su formación ya que se trata de una alteración en el nivel del gen dominante llamado autosómico. Todos los sujetos con esta anomalía, sin importar su género (macho o hembra), son susceptibles de transmitirla a su descendencia. Sin embargo, el desarrollo de la enfermedad no es igual para todos los gatos que portan este gen anormal.

Esta afección renal se transmite de generación en generación y afecta principalmente a los gatos Persas, pero también a otras razas, sobre todo a las líneas emparentadas. Así, esta enfermedad invasiva toca al Chartreux, al Sagrado de Birmania, al Ragdoll, al Maine Coon, al Scottish Fold, al British Shorthair, al Selkirk Rex y al Exotic Shorthair. Todos estos felinos están expuestos a este problema, sin importar su gen (mutado o no). La PKD también puede aparecer en otras razas aunque esta posibilidad es rara.

En la reproducción, la probabilidad de transmisión de la enfermedad a la descendencia depende de los padres:

  • En la mayoría de los casos, el cruce entre dos gatos portadores del gen anormal solo produce crías muertas.
  • El riesgo de transmisión de esta anomalía y de la enfermedad es del 50 % cuando solo uno de los padres está afectado y el otro es un sujeto sano.
  • El apareamiento de dos felinos homocigotos normales da lugar al nacimiento de gatitos sanos, y no se transmite nada a la generación futura.

Síntomas y diagnóstico de la PKD

La ausencia de síntomas durante las primeras fases (en especial al nacer) no permite identificar fácilmente a los sujetos afectados por esta enfermedad. Generalmente, ningún signo de advertencia se manifiesta durante los primeros tres años de los gatitos, lo que no permite diagnosticarla en su etapa temprana. 

A medida que evoluciona, los síntomas aparecen y deben alertar inmediatamente al dueño.

Los signos visibles de la poliquistosis renal

Los gatos que padecen esta patología genética pueden estar en estado de letargo, adelgazar, perder el apetito y volverse anoréxicos, tener halitosis, vomitar, tener mucha sed y beber mucho, y también orinar más de lo normal.

La aparición de uno de estos signos de alerta no significa necesariamente que el sujeto tenga este problema renal. Una consulta con un médico veterinario es indispensable, pues su estado requiere una auscultación y un tratamiento adecuado.

El diagnóstico de la PKD

En el momento de la consulta, el veterinario palpa los riñones para comprobar su tamaño y forma. El aumento de su volumen y la irregularidad de su aspecto durante este examen indican una anomalía en estos órganos. Este estado de los riñones se debe a la presencia de quistes en el parénquima. La confirmación del diagnóstico requiere de exámenes adicionales como el test de ADN, la ecografía abdominal y la radiografía.

El diagnóstico más fiable es la prueba genética que consiste en usar el ADN del animal para constatar si hay mutación de los genes o no. Se realiza un frotis bucal para tomar las células que servirán para este análisis. La prueba solo ofrece dos posibilidades:

  1. el sujeto es heterocigoto, es decir, posee dos genes de los cuales uno tiene una mutación y el otro es normal;
  2. el gato es homocigoto, tiene dos genes normales.

La heterocigosis confirma la probabilidad de desarrollar esta enfermedad, o incluso de ya tenerla en cierta etapa.

La ecografía abdominal permite constatar la existencia de quistes en el tejido renal. Este examen se puede recomendar a partir de la edad de 1 año y permite detectar la presencia de estas excrescencias gracias a su visibilidad.

A veces, también se efectúa una radiografía, pero el resultado no es tan fiable como la prueba genética y la ecografía.

Remedios y soluciones preventivas contra la PKD

No existe ningún tratamiento curativo para curar completamente la poliquistosis renal del gato, los cuidados administrados buscan sobre todo detener la evolución de la afección y aliviar los síntomas. El manejo mejora el día a día del animal para hacerlo más cómodo y aumentar su esperanza de vida. El tratamiento depende del avance de la enfermedad. Solo el médico veterinario está calificado para prescribir los cuidados a administrar al animal. 

En todo caso, una dieta especial y adaptada al felino puede ser suficiente al inicio de la enfermedad poliquística renal. Los casos graves requieren la administración de un tratamiento medicamentoso cuya prescripción corresponde únicamente a la competencia del veterinario. Además de calmar los signos clínicos, estos fármacos favorecen la reducción de la carga de trabajo de los riñones para preservarlos. Los medicamentos también previenen las complicaciones. Se planifica un control sistemático para asegurar el seguimiento de la evolución o no de la enfermedad, y sobre todo para adaptar el tratamiento.

La única forma de detener la transmisión de la poliquistosis es evitar el apareamiento de los sujetos enfermos con otros gatos. Para ello, la detección de la enfermedad antes de la edad reproductiva del animal es esencial para aislar a los felinos afectados. La ecografía se puede realizar en todas las razas predispuestas tan pronto como los sujetos cumplen 1 año, lo cual es válido para los descendientes.


¡En resumen! Los dueños de Persas y de razas susceptibles de desarrollar estos quistes deben tomar la iniciativa de solicitar el despistaje de la PKD en gatos a su veterinario durante las visitas rutinarias. El manejo de la enfermedad poliquística renal desde su detección permite optimizar la esperanza de vida del animal. La reproducción debe realizarse únicamente entre sujetos sanos para no transmitir esta anomalía genética a la descendencia.

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