Rascado, picor y comezón en el perro: causas y tratamientos
El prurito es la palabra científica que engloba cualquier forma de rascado, comezón, mordisqueo o lamido excesivo de su perro. Un perro tiene todo el derecho de manifestar deseos de rascarse de vez en cuando. Sin embargo, cuando esto se vuelve recurrente, pueden aparecer lesiones en la piel y esto se vuelve más preocupante. De manera general, cuando su perro se rasca mucho, un círculo vicioso se instala y mantiene la comezón. Es importante tener en mente que si su perro le molesta rascándose mucho, ¡él también sufre! Existen numerosas causas de prurito en el perro que vamos a detallar aquí. En la mayoría de los casos, un tratamiento permite disminuir las ganas de rascarse y por lo tanto las lesiones asociadas.
Índice :
Primera causa: los parásitos externos
En la noción de parásito externo se incluyen todos los insectos o ácaros que entran en contacto con la piel de su perro y provocan el prurito. El principal insecto implicado es la pulga. Este insecto está lamentablemente presente en todo el entorno y se multiplica muy rápidamente. El perro se rasca porque la pulga lo pica para alimentarse de sangre, pero el perro también puede desarrollar reacciones alérgicas contra la picadura de pulga (contra la saliva de la pulga) y esto va a agudizar el prurito: hablamos de DAPP (dermatitis por alergia a las picaduras de pulgas). Es importante saber que cuando se ve una pulga en su animal, esto puede significar que el entorno (la casa) también contiene pulgas. De hecho, por cada pulga presente en su animal, hay aproximadamente 90 veces más huevos listos para eclosionar en el entorno. Lamentablemente, a menudo sucede que no se ven las pulgas en el perro aunque estén presentes. Hay que pensar en ello cuando el perro tiende a rascarse en la base de la cola, en la región dorso-lumbar.
Entre los otros parásitos implicados, se pueden mencionar los agentes de sarna, los piojos, los ácaros, los Cheyletielles,... Todos estos parásitos provocan generalmente ganas de rascarse.
Tratamiento :
La aplicación de productos antiparasitarios es el método más eficaz para deshacerse de estos molestos. Los productos son la mayoría de las veces eficaces tanto para las pulgas como para otros tipos de parásitos. Se recomienda tratar al perro contra las pulgas todos los meses ya que este puede cogerlas durante un simple paseo o usted mismo puede traer huevos bajo sus zapatos que eclosionarán entonces en su casa.
Los tratamientos existen en diversas formas: tabletas, pipetas, collares... También se recomienda tratar bien su casa cuando haya presencia de pulgas en su animal porque las pulgas/huevos se esconden y pueden reinfestar a sus animales.
Segunda causa: una infección cutánea
El perro presenta una flora de bacterias y hongos de manera natural en su piel. Esta participa en la protección de la piel. Sin embargo, cuando el perro se rasca mucho, la piel está menos protegida a causa de las microlesiones inducidas por el prurito, y en consecuencia estas bacterias y hongos normalmente inofensivos pueden proliferar de manera anormal. Esto provoca una reacción inflamatoria de la piel (dermatitis) que entonces agudiza la comezón. Las lesiones cutáneas se vuelven entonces importantes con placas, costras, la piel irritada y a veces incluso pus.
Los hongos provocan generalmente menos prurito pero también provocan lesiones en la piel.
Tratamiento : En la mayoría de los casos, es necesario un tratamiento antibiótico y/o antifúngico. Sin embargo, también es necesario tratar la causa primaria del rascado (a menudo las pulgas/parásitos externos) para detener el círculo vicioso.
Tercera causa: una alergia
Las alergias pueden ser de todo tipo y el alérgeno, es decir, el elemento que provoca la alergia, lamentablemente no siempre se detecta. Las alergias se manifiestan generalmente por prurito pero otros síntomas pueden estar asociados (diarrea, pérdida de pelo,...). Ya hemos mencionado la DAPP que es una alergia debido a las picaduras de pulgas.
- La alergia alimentaria : como su nombre indica, esta alergia tiene su origen en la alimentación. De hecho, el organismo del perro puede "reaccionar" de manera anormal ante ciertos componentes de su ración y esto puede provocar prurito. A menudo se trata de una alergia o intolerancia contra ciertos tipos de proteínas (carne de res, pollo, leche,...). A veces es difícil encontrar qué componente es la causa de la alergia. Entonces, es necesario establecer, con la ayuda de su veterinario, una dieta de eliminación: se trata de cambiar completamente la ración de su perro durante varias semanas y ofrecerle en cambio una ración con proteínas "nuevas", que su cuerpo nunca haya encontrado (proteína de caballo, de oveja,...). Luego, los alimentos sospechosos de provocar una alergia son reintroducidos en la ración uno por uno para evaluar el impacto de cada uno.
Tratamiento : si el proceso para identificar el alergeno de la alimentación en cuestión es a veces complicado, cuando este es bien identificado, el tratamiento es muy fácil. Basta con evitar cualquier alimento que contenga ese alergeno en la ración de su perro.
- La alergia al ambiente : esta alergia puede ser muy restrictiva ya que los alergenos están situados permanentemente en el ambiente por lo que son muy difíciles de eliminar. Puede tratarse de polen, de polvo, de ácaros... Como para las otras alergias, generalmente hay prurito asociado.
Tratamiento : Esta alergia es difícil de tratar debido a la omnipresencia de los alergenos (también llamados aeroalergenos). Son posibles protocolos de desensibilización pero no siempre son eficaces. También a veces son necesarios tratamientos a base de antihistamínicos o corticosteroides.
- Caso particular : la dermatitis atópica canina (o atopia) : Se trata de una enfermedad crónica que aparece en un perro relativamente joven (entre 1 y 6 años en general). Esta enfermedad se debe a una predisposición a desarrollar varias alergias contra diversos alergenos (alimentos, polvo, ácaros, polen, pulgas...) y también debido a que la piel es más frágil por lo tanto menos protectora y por lo tanto deja pasar más fácilmente los alergenos y permite desarrollar más fácilmente infecciones.
Los síntomas mayoritarios son el prurito a menudo importante asociado a otitis recurrentes, inflamaciones de los dedos (el perro se lame o se muerde muy frecuentemente las patas).
La enfermedad es principalmente de origen genético con ciertas razas predispuestas como los Bulldog francés, Labrador, Sharpei, Westie, Yorkshire, Boxer... Esto significa que si su animal sufre esta enfermedad, la tendrá toda su vida. Sin embargo, esta enfermedad no es contagiosa.
Tratamiento : este es realmente difícil y no se trata de curar sino de disminuir de manera importante los síntomas (incluido el prurito). Esto pasa por la eliminación de los alergenos (principalmente alimentación), y el tratamiento de las comezones y las infecciones cutáneas relacionadas. El uso de champú que permite disminuir la inflamación de la piel y proporcionarle una protección es a menudo recomendado.
La desensibilización también es posible.
Un tratamiento de fondo con base de antihistamínicos y/o corticosteroides es a menudo necesario para manejar las crisis durante las cuales el perro se rasca de manera desesperada.
Para estos perros, es importante tratar cualquier fuente que pueda provocar una lesión de la piel y del prurito y por lo tanto el uso de antiparasitarios de manera mensual es indispensable (especialmente contra las pulgas).
En cualquier caso, su veterinario será el más indicado para ofrecerle un tratamiento y asesorarlo.
Finalmente, hay que tener en mente que todas estas causas de prurito (lista no exhaustiva) pueden estar presentes al mismo tiempo o solo algunas de ellas. De hecho un perro puede muy bien presentar una alergia a los pólenes y también a la alimentación pero no a los ácaros. Todas las combinaciones son posibles.
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