¡Mi perro siempre está pidiendo comida!
Tu perro pide sistemáticamente comida cuando estás preparando la comida o mientras estás en la mesa ? ¿Por qué razones adopta tal comportamiento ? Si cedes a sus deseos, ¿cuáles pueden ser las consecuencias, principalmente en su salud ? Finalmente, ¿cómo remediar este problema ?
¿Por qué los perros piden comida ?
Varias razones pueden explicar por qué tu perro pide comida constantemente :
– Tiene hambre. Esto puede deberse a la mala calidad de sus piensos. Los de precio más bajo suelen ser más ricos en carbohidratos que en proteínas, a pesar de las afirmaciones en letras grandes en las bolsas, y por lo tanto no sacian a tu animal. Otra explicación posible: no le das una cantidad de comida suficiente. Estudia cuidadosamente las instrucciones de dosificación en los paquetes de piensos antes de preparar el plato para tu perro.
– Tiene parásitos. Los parásitos digestivos pueden capturar una parte de la comida ingerida por el perro, quien entonces no se siente saciado.
– No se ejercita lo suficiente, lo que crea en él tensión nerviosa y ansiedad. Una inquietud que puede llevarle a obsesionarse con la comida.
– Sufre de diabetes o hipertiroidismo, enfermedades que causan un hambre constante.
– Es goloso y pide comida porque has adquirido el hábito de darle algo durante tus comidas o mientras estás en la cocina. De alguna manera, lo has condicionado a comportarse así.
¿Cómo cambiar su actitud ?
Si tu perro pica entre comidas, corre el riesgo de volverse obeso, con todo tipo de consecuencias perjudiciales para su salud. La lista es larga : trastornos gastrointestinales, problemas cardíacos, diabetes tipo 2, cánceres y reducción de la esperanza de vida, etc.
– Para que tu animal se sienta satisfecho, ofrécele piensos premium, que contienen tanto proteínas de calidad como verduras reales.
– En cuanto a la salud, desparasítalo al menos dos veces al año y llévalo al veterinario para que este trate una posible hipotiroidismo o diabetes.
– Respecto al aspecto educativo, si tu perro se acerca a la mesa, ignóralo. Consúltalo con tu familia, y en particular con los niños, para adoptar todos la misma actitud.
– Mejor aún: prohíbele acercarse cuando estés preparando la comida o comiendo. Por ejemplo, anímalo a ir a acostarse en su cesta. Para lograrlo, atrae su atención con una golosina.
– Si persiste en pedir comida a pesar de tus esfuerzos, colócalo en otra habitación y cierra la puerta. Libéralo en cuanto deje de ladrar, mientras lo ignoras. Si es necesario, repite el ejercicio.
– Y si, a pesar de todo, tu fiel compañero insiste, ofrécele un alimento que pueda rechazar y hacerle entender que no obtendrá nada bueno la próxima vez.
Finalmente, si aun así cedes a los caprichos de tu perro, reduce su ración de piensos para evitar que engorde. Reemplaza la cantidad faltante por calabacín y judías verdes cocidas en agua, verdaderas fuentes de fibra que reducen el apetito… ¡Y hazle moverse !