Mi perro se niega a tomar sus medicamentos: 5 Consejos

Ciertos perros son muy golosos y no dudan en tragar todo lo que les da su dueño. Si tu perro se niega a tomar sus medicamentos, aquí te presentamos los mejores consejos que te permitirán administrárselos. Es evidente que estas prácticas deben realizarse con buena voluntad y sin ningún tipo de violencia hacia los animales más exigentes que prefieren oler o verificar lo que se les ofrece. Sin duda, el olfato de los perros está mucho más desarrollado que el de los humanos. No es siempre fácil engañarlos.
Lamentablemente, cuando tu compañero está enfermo, no hay otra opción y el tratamiento médico debe ser seguido al pie de la letra. Afortunadamente, gracias a los avances logrados por los laboratorios, algunos comprimidos apetitosos no suponen un problema en particular para ser ingeridos. Por el contrario, otros complican la vida del dueño debido al rechazo del interesado. ¡Por ello, hacer que trague una pastilla puede resultar bastante arriesgado!

Colocar una pastilla directamente en los piensos puede pasar desapercibido y sería tan sencillo... Pero si la encuentras en el fondo del comedero, tendrás que ser más astuto que tu amigo canino.

Esta primera técnica es la más rápida, simple y eficaz. Si tu perro se niega a tomar sus medicamentos, resulta interesante ser más listo que él y esconderle las pastillas dentro de la comida. Un trozo de queso, de pan o una albóndiga de carne serán perfectos aliados para que la pastilla pase desapercibida. El dueño deberá adaptarse a los gustos de su pequeño protegido para encontrar un truco eficaz. Poner la pequeña pastilla en medio de un trozo de camembert. Hay muchas posibilidades de que sea tragado sin ser visto. Los perros más golosos generalmente no mastican. Tu compañero interpretará esto como una golosina y hasta es posible que te pida más!

Si la pastilla es relativamente grande, si tienes dudas sobre la eficacia de la técnica o que tu compañero tiene problemas para masticar, puedes triturar la medicación y mezclarla con uno de sus alimentos favoritos. No es recomendable colocar un medicamento en polvo sobre los piensos a menos de estar seguro de que tu pequeño compañero lamerá el fondo de su comedero. En tal caso, la posología no se respetaría.

Si a pesar de eso su olfato ha detectado la medicación, no insistas y prueba otra técnica, mezclando la pastilla en un yogur con colágeno y sin lactosa por ejemplo.

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Si tu perro se niega a tomar sus medicamentos siguiendo el primer método, puedes intentar la jeringa sin aguja. Esta técnica consiste en primer lugar en triturar la medicación. Una vez convertida en polvo fino, se puede mezclar con una pequeña cantidad de agua. Luego, gracias a una jeringa sin aguja, la solución podrá ser administrada sin problema.

Para esto, inclina delicadamente hacia atrás la cabeza de tu compañero. Abre su boca o levanta el labio superior para insertar la jeringa sin aguja entre la mejilla y los dientes del fondo. Vigila bien que no pueda morderla y herirse. 

Posteriormente, puedes inyectar el producto en pequeñas cantidades. Debes darle tiempo a tu compañero para tragar el líquido. Una vez realizada la operación con éxito, una pequeña golosina y muchas caricias recompensarán la cooperación de tu amigo canino.

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Puedes utilizar esta técnica si realmente confías en tu animal. De hecho, vas a tener que poner tu mano en su boca para depositar la pastilla al fondo , asegurándote de que no te morderá. Para este procedimiento, tu animal debe estar acostumbrado a ser manipulado, a ser tocado en la boca y los dientes. Puedes practicar con anticipación, esto puede formar parte del aprendizaje en la educación.

En primer lugar, tu compañero debe estar sentado, preferiblemente contra una pared para que no retroceda. Te sientas a su lado para relajarlo con caricias.

Para hacerle abrir bien la boca, basta con presionar suavemente los lados de su mandíbula. Un reflejo la hará abrirse espontáneamente. Por simplicidad, se recomienda inclinar su cabeza hacia atrás. 

Una vez abierta la boca, solo tienes que depositar la pastilla en el fondo de la garganta. En ese momento, puedes dejarle cerrar las mandíbulas, mientras mantienes la cabeza ligeramente inclinada. Solo queda masajear suavemente la garganta para que la pastilla pase. Una vez que tu compañero haya tragado, puedes felicitarlo y soltarlo. 

Si tienes miedo de que tu compañero te muerda, puedes utilizar un lanza pastillas. Este accesorio puede facilitar la tarea. Te evita tener que introducir tu mano en la boca de tu animal. Una vez posicionado el lanza pastillas en la garganta, basta con una simple presión de los dedos para que el medicamento sea propulsado y tragado.

Si te das cuenta de que tu compañero se pone nervioso o se resiste, no insistas. Demasiado nerviosismo puede generar violencia y podría morderte por miedo. Entonces podrás intentar otra de las técnicas. 

Por supuesto, hay que proceder con delicadeza y no bajo coerción o violencia. No se trata de lastimar al perro si se niega a tomar sus medicamentos, ni de traumatizarlo durante esta intervención. La operación se volverá muy complicada la próxima vez, si es necesario repetirla.

Algunos medicamentos o suplementos nutricionales vienen en forma de jarabe. Siendo líquido, estos tratamientos son generalmente más sencillos de administrar si tu perro se niega a tomar una medicación. La técnica a aplicar es bastante similar a la del comprimido triturado.

Para comenzar, basta con tomar el líquido con un cuentagotas o una pipeta. Debes situar a tu compañero en un lugar tranquilo donde no pueda retroceder. Inclina su cabeza ligeramente hacia atrás. La pipeta con el jarabe se colocará dentro de la boca del perro, entre los dientes y la mejilla. Tendrás que ser muy cuidadoso de que tu animal no pueda morder la pipeta, ya que podría lastimarse.

Para terminar, tienes que liberar el jarabe lentamente en el fondo de la garganta. Para evitar que vomite o se ahogue, debes proceder muy lentamente. Una vez absorbido el líquido, puedes acariciar a tu fiel compañero y dejarlo retomar sus actividades habituales.

Tu compañero es capaz de aprender muchísimas cosas. Estas técnicas prácticas pueden implementarse durante los entrenamientos de educación. Poder tocar sus dientes o tener permiso para poner tu mano en su boca te permitirán algún día administrar tratamientos obligatorios. Si tu perro se niega a tomar sus medicamentos, su salud podría deteriorarse.

Debes hacerle comprender que esto puede ser un momento agradable para él. Si el tragar su medicamento se asocia con una recompensa, estará dispuesto y su comportamiento se verá valorado. Darle una pequeña golosina para perro, hacerle caricias o jugar con él después, lo motivará.

El método de cuidados cooperativos permite que los cuidados sean más agradables y se puedan realizar de mejor manera. Tu animal está menos estresado y por lo tanto es más fácil de cuidar. Esta técnica proviene de los parques zoológicos. Al no poder forzar físicamente a un elefante o un león, se tuvieron que encontrar soluciones de cooperación. Este método es evidentemente transferible a las mascotas. De todas formas, esta última es bastante larga de implementar. Es por eso que resulta interesante preparar al animal con anticipación. Si algún día necesita tomar un comprimido, ya estará preparado y todo irá muy bien.

Los tratamientos antiparasitarios externos e internos deben renovarse regularmente. Algunos son eficaces solo 1 mes, por lo que la operación debe repetirse regularmente. Es por esta razón que es importante que tu animal sepa cooperar. Tratar a tu perro contra las pulgas y garrapatas es muy importante. De hecho, algunas enfermedades como la Babesiosis o la Enfermedad de Lyme pueden ser transmitidas por estos insectos.

¡En resumen! Si tu perro se niega a tomar sus medicamentos, existen numerosas técnicas para contrarrestarlo. Para que tu compañero sea cooperativo y que la situación se maneje con suavidad, es más interesante que esté acostumbrado. De todos modos, un tratamiento nunca debe ser administrado bajo coacción o fuerza. El estrés, el dolor, la aprensión pueden llevar al perro a resistirse y rechazar el medicamento. En este caso, no dudes en hablarlo con tu veterinario ya que es esencial que el tratamiento se siga hasta el final. A veces se puede programar una inyección diaria. Puede ser más engorroso y costoso, pero estarás seguro de que el tratamiento ha sido tomado.