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Loro que Habla: ¡6 Trucos para Enseñarle Español!

Ya está, tu adorable loro finalmente está en casa. Has preparado una jaula cómoda, adaptada a su tamaño y ubicada en un lugar cálido y soleado, has previsto el alimento necesario y algunas golosinas... y ahora solo esperas una cosa: ¡que tu hermoso pájaro hable! Un poco de paciencia, pedagogía y mucha atención y tendrás un loro que habla, feliz y comunicativo. Aquí te dejamos algunos consejos de expertos.

Loro que Habla: 6 Trucos para Enseñarle Español

1. Loro que habla: Esperar la edad adecuada para enseñarle nuestro idioma

Tal vez ya lo sabes, pero un loro no habla; se comunica emitiendo sonidos. Y como es un excelente imitador, poco a poco irá repitiendo tus palabras, y con el tiempo, entenderá que el sentido de ciertos sonidos (las palabras) corresponde a acciones. 

Y entonces, se construirá una verdadera relación entre él y tú... Pero para lograrlo, tendrás que armarte de paciencia. De hecho, hay primero dos cosas que debes saber:

  • La adaptación de tu loro a su entorno: es normal que esté estresado al llegar a tu casa, necesita aclimatarse a su nuevo hábitat, a los ruidos del hogar, a los humanos que lo rodean, etc. Este período será más o menos largo dependiendo de su carácter y la atención que le brindes;
  • Su edad: un bebé loro no "hablará" antes de los 7 u 8 meses, y comenzará a asociar las palabras con las acciones a partir de un año. Si adoptas un adulto, todo dependerá de su experiencia previa — si está o no acostumbrado a ser estimulado — y del tiempo que le tome acostumbrarse a ti.
Zoé, un Gris del Gabón inteligente
primer plano de la cabeza de Zoé
Zoé pierde una pluma

Crédito de las fotos: Anne y Zoé, su gris del Gabón

2. Enseñar las primeras palabras a su loro

Aunque tu loro no hablará hasta dentro de un tiempo, ¡nada te impide hacerlo tú! Escuchar tu voz lo ayudará a familiarizarse contigo, a reconocerte y a esperar los momentos en los que vendrás a comunicarte con él.

Comienza con palabras sencillas, siempre asociadas a una acción. Si le das un trozo de manzana, nómbralo, y por la mañana, será hola y buenas noches, cuando te despidas por la noche.

Como un niño (o alguien que aprende un nuevo idioma), tu loro pasará por varias fases de aprendizaje, siendo la primera la escucha. ¡Verás que poco a poco, tu bola de plumas intentará repetir hasta conseguirlo!

3. Establecer sesiones de aprendizaje breves y regulares

El secreto principal para enseñar a hablar a tu loro: la regularidad! Estas aves son extremadamente rutinarias y repetirán las palabras en función de un contexto o una emoción. 

Por ejemplo, si la primera palabra que le dices por la mañana es "hola", te la articulará tan pronto como te vea. Si le haces una caricia, añadiendo “besos”... llamará tu atención para ser acariciado, con un "beso".

Cuando hace calor y pulverizas agua con unas gotas de eucalipto (¡les encanta!) sobre su jaula pronunciando "ducha"... en cuanto te vea agarrar el pulverizador, anunciará la palabra.

¿Le dices adiós al salir? Lo repetirá al verte prepararte. Entonces, háblale mucho, siempre con las mismas palabras que repetirás, pero solo en sesiones breves para no cansarlo ni agotarlo. ¡Te lo vas a pasar en grande!

Zoé posada en su cuerda colorida
Zoé posada en la puerta de su jaula
Acercamiento a Zoé posada en su cuerda

Crédito de las fotos: Anne y Zoé, su gris del Gabón

4. ¡Prohibir las palabrotas!

Ya te habrás dado cuenta, tu bola de plumas va a repetir todo, realmente todo... y lo hará en contextos que pueden ser incómodos. Por eso, a menudo se aconseja a los nuevos propietarios no colocar la jaula en un dormitorio o cerca del baño. Imagina lo que tu loro podría decir, muy espontáneamente, a uno de tus invitados que intentara comunicarse con él. Lo mismo aplica para el lenguaje soez.

Puede ser divertido enseñarle palabrotas, pero será bajo tu propia responsabilidad... Señor (o Señora) Loro puede ser impredecible. En vez de eso, cántale canciones sencillas o canciones infantiles. A los loros les encantan las melodías, verás cómo inclina la cabeza, muy atento, y después de un tiempo lo oirás tararear (o al menos intentarlo...)

5. Valorar el refuerzo positivo

El aprendizaje de un animal, ya sea con pelo o plumas, debe hacerse de forma positiva. Para tu loro, por ejemplo, que es por naturaleza muy curioso y por tanto siempre buscará tu atención, muestra claramente tu satisfacción cuando haga algo bien. Piensa en darle en ese momento exacto un premio que le encante.

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Y por el contrario, si su comportamiento no te gusta, ignóralo. Así, comprenderá la acción a realizar para captar tu interés. Lo más difícil será si te pica (nunca es con mala intención, pero para él es una forma de comunicarse). No es fácil permanecer impasible, por lo que no grites, pero expresa tu descontento con una palabra corta, dicha secamente. Y vete. Tu ave entenderá muy rápido lo que debe hacer o no hacer.

6. Tener paciencia, diplomacia y pedagogía

El loro es un animal muy inteligente y muy sensible. Por lo tanto, requiere mucha paciencia y atención en su educación. Estate atento a él, descúbrelo poco a poco y aprende su comportamiento, sus reacciones... Cuanto mejor lo conozcas, más fácil será la comunicación entre ambos.

Como con un niño, deberás ser pedagógico y no pedir lo imposible. Si sientes que no está motivado, no insistas y piensa en recompensarlo cuando reaccione positivamente a tu pedido.¡Y no olvides revisar periódicamente las palabras aprendidas para que no las olvide!

Tu loro necesita mucho descanso, así que adáptate a su ritmo y solicítalo en momentos muy cortos. Un primer ejercicio muy sencillo. Por la noche, al cubrir su jaula (imprescindible), di "dodo". ¡Observarás que rápidamente repetirá la palabra en cuanto te vea acercarte con la funda en la mano!

Zoé comiendo sobre la mesa
Zoé picoteando una tostada al lado de un gato
retrato de Zoé, un loro que habla

Crédito de las fotos: Anne y Zoé, su gris del Gabón


Algunos loros son más habladores que otros, siendo el gris del Gabón el campeón. Antes de adoptar, pide consejo a un veterinario especializado en NAC, un etólogo o tu tienda de animales preferida. ¡Ellos te ayudarán a elegir el compañero que mejor se adapte a ti!

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