Filtros activos:
Borrar los filtros
Clasificar Cerrar
Texto traducido automáticamente

Leishmaniosis en gatos: causas, síntomas y tratamiento

La Leishmaniosis en gatos es una enfermedad causada por el parásito leishmania infantum. Afecta tanto a perros como a gatos. Es muy común en el sur de Francia y especialmente en la costa mediterránea. Esta enfermedad parasitaria es transmitida por un mosquito llamado flebótomo y a través de una picadura. La leishmaniosis provoca síntomas relativamente graves a menudo en forma cutánea que, en ausencia de tratamiento, pueden ser mortales.

Leishmaniosis en gatos: causas, síntomas y tratamiento

Leishmaniosis en gatos: las causas

Los flebótomos son pequeños mosquitos que miden entre 2 y 4 mm y vuelan en silencio. Pertenecen a la familia de los psicódidos y están presentes desde el mes de marzo hasta octubre en zonas rurales y boscosas.

La leishmaniosis es común en los países mediterráneos, porque los insectos viven y se reproducen en climas cálidos. Las hembras de los flebótomos, al igual que los mosquitos, pican varias veces y se alimentan de sangre.

Primero, este insecto pica a un animal infectado o enfermo. El protozoo leishmania infantum se transmite al insecto. Este último propaga la enfermedad al picar nuevamente a otros animales, incluidos perros y felinos. El gato con un sistema inmunitario débil o que ya sufre una enfermedad, es gravemente afectado por la infección.

Síntomas y diagnóstico de la leishmaniosis en los felinos

Se observan una serie de síntomas y signos clínicos en gatos afectados por leishmaniosis.

Los signos que no debes pasar por alto

Se notan trastornos del humor y úlceras o heridas a nivel cutáneo y otros síntomas:

  • Costras en el hocico;
  • Estado de debilidad;
  • Anemia en el gato;
  • Inflamación de la mucosa conjuntiva de los ojos;
  • Presencia de nódulos en todo el cuerpo incluyendo cabeza y patas, incluso en las almohadillas acompañados o no de pus;
  • Placas y rojeces con escamas en la epidermis.

En algunos casos, se pueden observar síntomas más graves:

  • Pérdida de apetito y de peso;
  • Trastornos intestinales y vómitos;
  • Lesiones en el hígado y problemas renales;
  • Epistaxis, inflamación de los párpados y de la úvea;
  • Gran fatiga y anorexia;
  • Aparición de ganglios linfáticos.

La consulta veterinaria

El diagnóstico es muy difícil de establecer. Los exámenes básicos muestran el estado general del animal y conducen a descartar otras enfermedades subyacentes o concurrentes. Es posible que un gato sea portador del FIV. Deben realizarse análisis adicionales:

  • Un análisis de sangre permite cuantificar los anticuerpos en presencia de un protozoo. Debe realizarse cada 6 meses después de iniciar un tratamiento;
  • Una biopsia cutánea;
  • Una punción ganglionar o de médula ósea;
  • Un examen citológico de las lesiones en la piel o las mucosas;
  • Un análisis de orina.

Realizadas en un laboratorio, la serología y el cultivo refina el diagnóstico. Por otra parte, los análisis de sangre destacan las repercusiones de la enfermedad en el organismo como la anemia, una caída de los glóbulos blancos y una insuficiencia renal o hepática.

Si vives en zonas de riesgo o tienes la intención de viajar a ellas, el veterinario puede sugerir un despistaje de forma automática. Sin signos clínicos, la prueba te permitirá detectar la enfermedad de manera precoz. Tiene el interés de tratar a tu gato contaminado mucho antes de que presente síntomas. Dependiendo del resultado, te recomendará soluciones preventivas o un tratamiento curativo adecuado.

Remedios de la leishmaniosis en gatos

Realmente no existen estudios sobre los tratamientos posibles de la enfermedad en gatos. La patología es más rara en los felinos que en los perros. Sin embargo, ya que la contaminación está en aumento, puedes tratar a tu animal con tratamientos específicos.

Los tratamientos médicos

Una visita al veterinario es imprescindible, ya que un tratamiento curativo será estudiado caso por caso en función de los signos clínicos de tu animal. Solo el especialista te prescribirá medicamentos efectivos, incluidas pomadas para tratar las heridas y úlceras presentes en el hocico de tu gato.

El objetivo final es combatir la infección causada por la enfermedad y evitar otras patologías como el coryza que lo debilitarían aún más al ser ya portador de la leishmaniosis.

Resultados prometedores se deben a la administración de alopurinol bien dosificado por un veterinario. E incluso si tu gato está curado y sano, es mejor consultar regularmente a un especialista para descartar la reaparición de la enfermedad.

Las soluciones naturales a base de aceite esencial o fitoterapia pueden ser un complemento para los problemas cutáneos sin abandonar por ello un remedio alopático. Cabe mencionar que la interrupción de un tratamiento puede causar una recaída. Además, será necesario centrarse en aumentar sus defensas inmunológicas frente a la leishmaniosis.

Las soluciones preventivas

El insecto prefiere los lugares húmedos y cálidos para reproducirse, especialmente durante la temporada estival. La lucha contra la leishmaniosis necesariamente pasa por la prevención para reducir el riesgo de infección. Mantener una buena higiene de tu animal y su entorno es crucial. Aquí están los siguientes consejos:

  • Usar repelentes anti-mosquitos para proteger la vivienda o instalar mosquiteras en las ventanas;
  • Aplicar pipetas antiparasitarias en el animal, administrarle comprimidos y desparasitarlo para evitar el desarrollo de parásitos;
  • No dejar que el agua se estanque en la casa, ya que en ella proliferan los flebótomos;
  • Potenciar el sistema inmunológico de tu gato proporcionándole vitaminas y probióticos;
  • Alimentar a tu compañero con nutrientes de alta calidad.

También es conveniente evitar todas las fuentes de estrés que afecten la salud de tu animal. Por otro lado, si existe una vacuna para el perro, todavía no se ha encontrado ninguna para los felinos.

Puedes también colocar alrededor del cuello de tu gato, un collar antiparasitario a base de flumetrina que asegura una protección indirecta contra la transmisión de enfermedades, incluida la leishmaniosis.

Seresto collar antiparasitario para gatos

Seresto collar antiparasitario para gatos

Avis 5 962
26,99€
Comprar

Visitas regulares al veterinario

Un control veterinario te permitirá obtener consejos sobre qué tipo de repelente adquirir, ya que algunos pueden ser tóxicos para el gato. Al mismo tiempo, puede recomendarte suplementos alimenticios.

El especialista te tranquilizará sobre el estado de salud de tu pequeño amigo ante cualquier duda. Si tu animal presenta síntomas, el experto en animales está capacitado para realizar un diagnóstico y tratarlo con un tratamiento adecuado. Además, los medicamentos utilizados requieren un seguimiento regular especialmente para la función renal.


Para concluir, te aconsejamos que no viajes a zonas de riesgo con tu animal o bien lo protejas de la leishmaniosis en gatos. Las manifestaciones cutáneas en la cara de tu felino deben alertarte y ser tratadas rápidamente acudiendo a un veterinario. La leishmaniosis es una enfermedad grave que debe tomarse en serio, ya que afecta al hígado y a los riñones. El cuidado, la higiene, la alimentación y la prevención son criterios importantes para un gato en plena forma.

Política de cookies
Te pedimos tu autorización para usar las cookies o herramientas similares y así facilitarte la compra en nuestra web, mejorar tu experiencia como usuario, mandarte anuncios personalizados y otros con fines estadísticos, que usamos para entender como usan la web nuestros clientes. Nuestrso socios de confianza también usan estas herramientas para poder mostrar nuestros anuncios. Puedes cambiar tus preferencias de cookies en cualquier momento a través de tu cuenta..
Te pedimos tu autorización para usar las cookies o herramientas similares y así facilitarte la compra en nuestra... Leer más
Configurar las cookies Acepto