Lavar a su perro o a su gato: ¿con qué frecuencia?
Lavar a su perro, la higiene del gato o el baño son preguntas recurrentes. La salud requiere un cuerpo limpio y libre de parásitos. Sin embargo, los ataques de garrapatas o pulgas pueden llevar a verdaderas infestaciones y un desequilibrio alimentario a problemas dermatológicos. Y si, simplemente, al animal le encanta revolcarse en todo lo que a él le huele bien, el lavado se vuelve imprescindible.
Incluso para un animal limpio, la higiene sigue siendo un momento especial de cercanía y atención que fortalece la relación entre el amo y el perro. Por lo tanto, en todos los casos, un lavado promedio una vez al mes es un hábito útil y agradable, a repetir si es necesario.
Lavar a su perro o a su gato: ¿es realmente necesario?
Lavar a su perro o lavar a su gato no es para nada lo mismo! Las especies caninas y felinas a las que pertenecen no tienen los mismos comportamientos naturales ni las mismas necesidades. Y que vivir con nosotros, al final, no cambia nada.
Consejos de higiene para el perro
Ya sea que lo limpie usted mismo o lo confíe a un profesional, lo esencial es que sea para él un momento agradable, o al menos sin estrés particular. Lo ideal es acostumbrarlo desde joven a este momento de higiene indispensable, especialmente en caso de pelo largo o que se enrede fácilmente. En principio, esto no representa ninguna dificultad particular.
Su cachorro es un animal de manada para quien la relación dominante/subordinado es normal, y si no le gusta el ejercicio, se someterá a su autoridad suave pero firme, por obligación o para complacerlo. Sus movimientos y su actitud general no deben preocuparlo, hacerle temer una lesión o su estrés incomprensible. Para el aprendizaje, la confianza es necesaria, y así, el hábito del aseo y los cuidados son rápidamente adoptados y se convierten en un ritual de complicidad y acercamiento.
Higiene del gato: un evento excepcional
El gato dedica un tercio de su vida a su higiene. Todos los días se limpia, desenreda y seca su pelo, permanece limpio y elimina sus parásitos externos. Esto también le permite impermeabilizar su pelaje, refrescarse y calmarse en caso de estrés o molestia.
El gato no necesita de nosotros para su higiene, a no ser en situaciones de gran suciedad o de enfermedad y dificultades que lo hagan incapaz de limpiarse; como en casos de barro seco o artrosis. Esto significa que para poder intervenir excepcionalmente, es necesario que el gato confíe y preferentemente que ya haya tenido una experiencia exitosa. El uso muy temprano del cepillo de goma es una buena costumbre tanto para la pérdida de pelo como para la imitación del lamido, así como acostumbrar al gatito a estar mojado.
¿Cómo lavar a su perro?
Después de un cepillado, el lavado se hace generalmente en la bañera o en el fregadero (antideslizantes), afuera bajo el chorro suave de la manguera, con agua tibia y con un champú para perro. Una vez el animal está mojado, excepto la cabeza, se aplica y se hace espuma con el champú para una buena penetración masajeando el pelaje desde el cuello. El enjuague se hace en varios pasos, evitando las orejas y la cabeza y eliminando perfectamente los restos de espuma. A continuación, la cabeza se lava y se enjuaga con una toalla mojada, evitando absolutamente los ojos y las orejas. Se utilizan toallas para secarlo.
El perro puede estar asustado por el baño, o no le gusta el agua. Es conveniente organizarse: asegurarse de cerrar el lugar en caso de que el perro intente escapar; dejarle su collar y atarlo; siempre hablarle y tranquilizarlo. Si no se siente cómodo, es mejor confiar el lavado a un peluquero profesional que al mismo tiempo le dará cuidados delicados como el corte de uñas, la limpieza de ojos y orejas. Finalmente, otra posibilidad menos costosa, usted lava y asea a su perro en autoservicio en las tiendas Zoomalia donde el material necesario está a su disposición en un espacio apropiado. Es práctico, rápido y eficiente.
¿Cómo lavar a su gato?
Generalmente, a los gatos no les gusta el contacto forzado con el agua, y si no los han acostumbrado desde muy jóvenes, es una fuente de gran estrés. Cuando un lavado es necesario, piense que existen champús en seco muy eficaces. Finalmente, en caso de duda o dificultades, el peluquero profesional puede tomar el relevo.
Para lavar al gato en casa, se evita absolutamente el baño, y se le coloca en una caja de plástico que deje escurrir el agua, cubierta con una toalla. Así puede agarrarse bien. Se utiliza una toalla mojada con agua tibia para mojar delicadamente todo el pelaje, excepto la cabeza. Un ligero masaje ayuda a que el champú para gato penetre, que luego se enjuaga perfectamente. Si se utiliza la ducha, se cubre con la toalla para romper el chorro. El gato se seca suavemente con toallas.
¿Qué precauciones tomar al lavar a su mascota?
El lavado del perro y del gato debe respetar al máximo la integridad y la salud del animal. Se debe utilizar un champú específico para cada uno, suave, ya que los champús para humanos no son adecuados y pueden causar alergias. El agua debe estar a menos de 37° y el chorro de poca potencia.
Para evitar las temidas otitis, es muy importante proteger el interior de las orejas, y lavar la cabeza independientemente. Finalmente, es necesario secar bien al animal con una toalla. Se olvida el secador de pelo que es absolutamente inadecuado para los gatos, y que daña el pelo de los perros.
¡Lo que hay que recordar! La ducha y el lavado con champú son prácticas humanas, y lavar a su perro puede generar estrés e incomprensión. Una higiene exitosa se basa en el amor y la consideración que tenemos por nuestra mascota teniendo en cuenta sus reacciones, su sensibilidad y su carácter. En caso de duda, no dude en pedir consejo al veterinario y confiar en los profesionales.
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