Gato con trisomía: causas, síntomas y tratamiento
La trisomía en gato es una enfermedad genética muy rara que afecta a un sujeto en 5 000. Es difícil encontrarse con un felino con anomalías cromosómicas, como el gato con trisomía. Debido a la selección natural, la mayoría de los gatitos con signos de anormalidad son eliminados al nacer por su madre lactante.
Gato con trisomía: las causas de la trisomía
Según los científicos, la consanguinidad es la causa más probable de trisomía en el gato. Duplica los riesgos de mutación genética. De hecho, el apareamiento de dos gatos con la misma estructura genética aumenta los riesgos de trisomía en los gatitos. Las malformaciones morfológicas son uno de los elementos que permiten identificar a un gato con trisomía.
El síndrome de Klinefelter también es considerado como una causa de trisomía en el gato. Esta anomalía cromosómica muy rara fue identificada por primera vez en un artículo publicado en el American Journal of Veterinary Research en 1975. Consiste en un desdoblamiento del cromosoma X en un par de cromosomas XY. El trío de cromosomas formado crea un desequilibrio en el cuadro cromosómico. El síndrome de Klinefelter afecta únicamente a los sujetos machos (XXY) y conduce a su esterilidad.
¿Cuándo se habla de trisomía en el gato? Las anomalías cromosómicas existen y son la causa de la trisomía en el gato. Cabe destacar que, a diferencia del hombre que posee 23 pares de cromosomas, su felino solo dispone de 19. Se habla de trisomía cuando aparece un trío de cromosomas en lugar de un par.
Los gatos con trisomía constituyen una excepción debido a su rareza asociada a la selección natural. Se encuentran muy pocos, ya que la mayoría de los sujetos enfermos son rechazados al nacer o asesinados por su madre. La trisomía varía según el par de cromosomas afectados. En caso de sospecha de trisomía en su gato, lo más urgente es ir al veterinario para realizar pruebas. Este especialista es el único capaz de confirmar sus dudas o de tranquilizarle sobre el estado de salud de su mascota.
Síntomas y diagnóstico del gato con trisomía
Las características físicas y los trastornos del comportamiento en ciertos gatos pueden ayudar a diagnosticar una anomalía cromosómica. Un gato con trisomía puede presentar ciertos signos o manifestaciones como:
- Trastornos de la motricidad desde una edad temprana ;
- Malformaciones morfológicas ;
- Incontinencia urinaria ;
- Más que desplazarse como un felino, el gato con trisomía camina dando saltitos.
En cuanto a las particularidades físicas, presenta:
- Ojos protuberantes o separados en la cara ;
- Miembros de tamaños desiguales ;
- Orejas pequeñas ;
- Cabeza deforme ;
- Problemas cardíacos ;
- Debilidad visual o auditiva ;
- Músculos con baja tonicidad.
¡ATENCIÓN! No hay que confundir la trisomía del gato con otros problemas de salud que pueden afectar a ciertos animales. Se trata en particular de enfermedades neurológicas, traumas, infecciones microbiológicas o anomalías congénitas. Patologías como la panleucopenia felina y la hipoplasia cerebelosa pueden provocar trastornos comportamentales y anomalías similares a la trisomía.
¿Cómo cuidar a tu gato con trisomía?
Si tu gato padece de trisomía, no será fácil educarlo. Por lo tanto, debes adaptar tu acompañamiento en la medida de sus posibilidades. El proceso educativo debe ser menos estricto. Las actividades correctivas deben tener en cuenta su discapacidad. Saber diferenciar los errores relacionados con la enfermedad y aquellos que se pueden corregir es esencial. Desarrollar el sentido de la escucha y mostrar atención a sus necesidades son actitudes a adoptar.
Los gatos con trisomía son muy demandantes de afecto. Necesitan constantemente caricias y hay que dárselas tanto como sea posible. Al estar más cerca del animal y desarrollar una cierta complicidad, tu felino se sentirá más tranquilo. Juegos y desplazamientos regulares deben ser privilegiados especialmente si se observan trastornos de motricidad. No solo ayudarás a desarrollar su musculatura, sino también a trabajar sus miembros. Asegurando más tu hogar y el entorno en el que vive el animal, evitarás muchos peligros como una caída en la piscina o en las escaleras o la agresión por un depredador errante que podría quitarle la vida.
La adecuación del entorno implica la instalación de una rampa de acceso. Puertas y ventanas deben permanecer cerradas. La adquisición de una gatera automática, de un recinto para gatos, de una red de protección, de un árbol para gatos de tamaño pequeño y de juguetes interactivos son tantas precauciones que permiten reforzar la seguridad de tu gato con trisomía. Finalmente, juega y comunícate con él como con cualquier otro gato. Esto permite canalizar su energía y satisfacer sus necesidades.
Monty, un gato con trisomía que hace el orgullo de sus dueños
El encuentro entre una pareja de daneses que vive en Copenhague y Monty, un gato con trisomía, cambió por completo el rumbo de sus vidas. Fue en un refugio para animales donde la pareja se enamoró del animal. De hecho, presentaba algunas pequeñas diferencias con otros gatos. Monty ha carecido de cresta nasal desde su nacimiento, una malformación que estaría relacionada con una anomalía cromosómica.
En la página de Facebook creada en su honor, sus dueños afirman no haber dudado ni un momento sobre su adopción desde su primer encuentro. Monty tiene problemas de salud, como todos los gatos en su situación. Estornudos frecuentes, incontinencia y fugas urinarias son recurrentes en él. Pero eso no le impide ser increíblemente adorable a los ojos de sus dueños, quienes le prodigan mucha atención.
La trisomía del gato ciertamente es una anomalía cromosómica que priva a tu animal de una gran parte de su potencial, pero no es un destino fatal. De hecho, es posible hacer feliz a tu gato con trisomía mostrándote comprensivo con sus necesidades y acompañándolo en su vida diaria.
