La epilepsia en el perro
Del Pomerania al Shetland, del Husky al Labrador, todas las razas de perros pueden ser susceptibles a sufrir crisis de epilepsia. Entonces debe actuar rápidamente y llevar el animal al veterinario porque la crisis puede ser fatal y síntoma de patologías subyacentes.
Índice:
- ¿Qué es la epilepsia canina?
- ¿Cuáles son los síntomas de la epilepsia en el perro?
- ¿Se puede tratar esta afección canina?
¿Qué es la epilepsia canina?
En humanos como en perros, la crisis epiléptica proviene de pequeñas descargas eléctricas que son enviadas por una parte del cerebro y que parecen después propagarse a todo el cuerpo. Cuando ocurre, la crisis es muy reconocible y puede ser bastante impresionante.
Hay dos tipos de epilepsias. La primera se manifiesta sin causa aparente: el perro nunca ha tenido una crisis y no tiene predisposición conocida. Esta epilepsia es de origen idiopático, es decir, se desconoce la causa. El segundo tipo de epilepsia puede ser la consecuencia de otra patología en el perro. Si su animal sufre de problemas renales, si sufre una intoxicación por un producto químico, si ha sufrido un traumatismo craneal, puede ser propenso a sufrir crisis epilépticas. En este caso, el veterinario conocerá la causa de la crisis y podrá tratarla más profundamente.
¿Cuáles son los síntomas de la epilepsia en el perro?
Algunos síntomas que anuncian una crisis pueden alertarle. El perro generalmente muestra señales de estrés. Ladra, se queda pegado a usted pidiendo caricias, gime o llora sin ninguna razón. También puede deambular por la casa sin pausa y lamerse mucho las babas. Si observa que su perro saliva, vomita, y orina con frecuencia, también puede ser el síntoma de una crisis epiléptica en preparación. Sea atento: pero aún es difícil prevenir un episodio epiléptico, especialmente si el perro nunca ha tenido uno antes.
Es necesario diferenciar las crisis convulsivas parciales y las generalizadas. Durante una crisis parcial, su perro permanecerá consciente. Solo una parte del cuerpo está afectada por temblores y convulsiones y el animal no puede controlarla. Durante una crisis generalizada, pierde la consciencia y todo el cuerpo se convierte en presa de las convulsiones. El perro también puede defecar sobre sí mismo, babear, orinar. Tras la crisis, la fase de recuperación dura aproximadamente una hora pero varía según los perros: su animal parecerá desorientado y tendrá dificultades para moverse.
¿Se puede tratar esta afección canina?
Si las crisis epilépticas tienen una causa idiopática, el veterinario podrá darle un tratamiento para aliviar al animal si la crisis dura demasiado, pero no podrá resolver el problema profundamente. Luego prescribirá a su compañero una pastilla que deberá ingerir todos los días y por toda su vida. Si las convulsiones son debido a la presencia de un tumor cerebral, será necesario reducirlo al máximo para eliminar las crisis.
La epilepsia canina es por tanto relativamente impresionante, pero su perro podrá aún vivir muchos años, disfrutando de un seguimiento regular en el veterinario. Aliméntelo de manera balanceada y permítale desarrollarse en muchas actividades al aire libre para prevenir al máximo la aparición de posibles crisis.
