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Entender los ladridos de un perro: desciframiento

Los ladridos de un perro son parte de su lenguaje expresando emociones significativas que es necesario aprender a descifrar. Esta guía experta te invita a explorar los diferentes casos en los que tu animal ladra y te ayudará a entender mejor sus ladridos. Por el contrario, si tu mascota nunca ladra, una consulta veterinaria se impone rápidamente.

Entender los ladridos de un perro: desciframiento

Los orígenes de los ladridos de perro

Para comprender mejor la razón esencial por la cual los perros ladran, es necesario remontarse a sus antepasados: los lobos. Estos cánidos emiten aullidos, un poco atemorizantes, para anunciar un peligro inminente o un próximo ataque. El perro, cercano al lobo, puede desplegar ladridos intempestivos y molestos, sin embargo, previenen de una amenaza. Además, ciertas razas ladran más que otras, está inscrito en sus genes: 

  • los terriers, Beagle y Westie, así como los perros de caza son conocidos por ladrar frecuentemente.
  • los Rottweiler, el Husky Siberiano, el Dogo Alemán y el Terranova ladran de forma más moderada.
  • el Basenji o Galgo son más bien silenciosos.

Las características y diferencias de los ladridos

Criterios muy precisos definen los diferentes ladridos de un perro. La duración del ladrido, sus repeticiones y sus tonalidades dependen de ello.

  • Un ladrido corto es en primer lugar bastante instintivo.
  • Un ladrido largo indica que está sucediendo algo inquietante.
  • Ladridos consecutivos subrayan un cierto estado de estrés.
  • Ladridos distanciados no merecen que les prestes atención.
  • Un tono agudo es señal de excitación o alegría simplemente.
  • Un tono grave indica, por el contrario, miedo o amenazas existentes.

Es necesario distinguir los ladridos patológicos de los ladridos naturales que se detienen después de la satisfacción del animal (hacer sus necesidades). En este caso, es mejor ser observador y atento hacia su animal doméstico. Sabrá si esto proviene de una carencia educativa o de un sufrimiento físico. Estos ladridos emergen para expresar un sentimiento de afecto (en el momento de una caricia), una excitación (durante un juego o un paseo), un miedo (presencia indeseable de una persona o de otro animal). Atención si su animal está a la defensiva, un mordisco puede seguir. Finalmente, ciertos quejidos son fuente de angustias o señalan una necesidad instantánea.

El lenguaje del perro finalmente descifrado

Mi perro se aburre

Dejado solo demasiado tiempo, tu animal ladra tras cualquier cosa: un ruido en la casa, una persiana que golpea por el viento, un peatón o un ciclista circulando por la calle.

Mi perro está angustiado

Si este no ha aprendido a quedarse solo en casa o en tu apartamento, va a ladrar en cada instante. Además, debe poder aliviar sus necesidades naturales en plena autonomía, a riesgo de no volverse limpio o de dañar tu mobiliario.

Mi perro es agresivo

Pelos erizados, gruñidos y caninos visibles, protege tu propiedad y la defiende contra intrusiones malintencionadas. O bien, su instinto de cazador le incita a atrapar una presa o un bicho de paso. Frente a otro animal doméstico o salvaje, y frente a una persona en particular, puede parecer amenazante para defender su territorio o a su dueño.

La ley protege contra los ladridos

Un acuerdo colectivo y respetuoso obliga a respetar normas de vecindad. De hecho, el Código de la Salud pública (artículo R1336-5) "Ningún ruido particular debe, por su duración, repetición o intensidad, dañar la tranquilidad del vecindario o la salud del hombre, en un lugar público o privado, que una persona origine dicho ruido o que sea a través de una persona, de una cosa de la que tiene la guarda o de un animal bajo su responsabilidad" te permite estar protegido contra ladridos demasiado repetitivos.

También, el Alcalde de una comunidad puede tomar un decreto municipal y multar a todo propietario de perro ladrador, tras el reporte de molestias sonoras.


En resumen, comprendes la traducción de los ladridos de tu perro, ligados a su comportamiento o a una necesidad natural. Con el paso del tiempo y la experiencia, vuestra hermosa complicidad deja lugar a un entendimiento mutuo evidente. Si persiste alguna duda, no dudes en ponerte en contacto con tu veterinario.

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