¿Cuáles son las enfermedades del perro anciano?

A partir de unos 7 años, los perros pueden empezar a mostrar signos de envejecimiento. El envejecimiento no es una enfermedad, es de hecho una pérdida de adaptabilidad del organismo. Los perros mayores requieren una atención especial, que puede requerir una consulta geriátrica para realizar un balance de su salud y de los puntos a vigilar. Esto puede ser la oportunidad de detectar ciertos problemas comunes en el perro anciano. Aquí están los más frecuentes.

Índice:

La catarata senil
La parodontitis
La artrosis
La insuficiencia renal crónica
Incontinencia urinaria o fecal

La catarata senil

Dentro del ojo se encuentra el cristalino, una especie de lente completamente transparente, que nos permite ver una imagen nítida. Con la edad, el ojo del perro adquiere un aspecto azulado. Esto es lo que se llama la esclerosis senil. Es un fenómeno normal en el perro anciano, que no obstaculiza la vista, ya que el cristalino permanece transparente.

Sin embargo, en algunos casos el ojo azulado se vuelve progresivamente blanco lechoso, latescente. Entonces puede tratarse de una catarata senil. El cristalino pierde su transparencia. Este fenómeno afecta ambos ojos al mismo tiempo, y generalmente ocurre alrededor de los 8 años de edad. La evolución es lenta y el perro pierde progresivamente la vista (por ejemplo, se choca con los muebles o se pierde completamente cuando no está en un lugar familiar).

Es importante consultar a su veterinario tan pronto como observe una opacidad en uno o ambos ojos de su perro, para proceder a un examen oftalmológico para diferenciar una simple opalescencia de una verdadera catarata. Además, algunas cataratas pueden ser signo de una enfermedad más grave (diabetes) que debe ser investigada. Dependiendo de los ojos de su perro y su estado de salud, una operación puede ser considerada. Pida consejo a su veterinario.

La parodontitis

La parodontitis es la etapa final de la "enfermedad periodontal". Esta enfermedad bucal no es exclusiva de los perros ancianos. Sin embargo, con la edad se observa con más frecuencia y en etapas más avanzadas. Todo comienza con la presencia de un poco de sarro en los dientes del perro, seguido por una pequeña gingivitis. En esta etapa, la enfermedad retrocede si la placa dental se elimina con un destartraje. Por otro lado, si no se hace nada, las lesiones pueden evolucionar hasta afectar el ligamento del diente y el hueso debajo de la encía (parodontitis). Los daños son entonces irreversibles. La progresión de la enfermedad de la gingivitis a la parodontitis está facilitada por la disminución de las defensas inmunológicas que ocurre con la edad. Además, los perros pequeños (caniches, yorkshire) están predispuestos a esta enfermedad.

Los inconvenientes son múltiples, se observa particularmente mal aliento y dificultades para alimentarse. Los dientes se mueven, llegando a veces a caerse. Finalmente, son posibles complicaciones. De hecho, las bacterias presentes en la boca del perro pueden pasar al torrente sanguíneo y contaminar otros órganos como el corazón, por ejemplo.

El origen de la enfermedad periodontal es la presencia de placa dental, que provoca un desequilibrio en la flora bacteriana de la boca. Su evolución depende de:
- La alimentación: Es la masticación la que permite al perro un cepillado natural de los dientes. Por lo tanto, los alimentos pobres en fibras, húmedos o blandos, o los piensos de pequeño tamaño favorecen la aparición de sarro.
- El patrimonio genético del perro: Algunos individuos tienden a acumular más sarro que otros.
- Los cuidados dentales recibidos por el animal: cepillado regular de los dientes, destartrajes.

A lo largo de la vida del perro, el estado de los dientes debe ser controlado por su veterinario. Si es necesario, se pueden realizar destartrajes bajo anestesia general. La artrosis es un proceso extremadamente frecuente, cuya evolución es irreversible. Es una de las primeras causas de dolor crónico en el perro. Diariamente, las articulaciones de las extremidades y de la espalda se ven exigidas por los movimientos y los saltos. Esto daña el cartílago que, con la edad, se regenera cada vez peor. Progresivamente se establece la artrosis: el cartílago desaparece y el hueso es remodelado. El perro en general tiene más dificultades para moverse y levantarse. El dolor es más intenso “al frío”, por la mañana por ejemplo o al día siguiente de un ejercicio importante. A veces, los síntomas se exacerban en ciertos períodos, en forma de crisis. A veces, el propietario simplemente tiene la impresión de que el perro “se ha vuelto mayor” de repente.

Los signos de artrosis son a menudo visibles en la radiografía. El tratamiento más común incluye la administración de antiinflamatorios durante las crisis. Su objetivo es aliviar el dolor para mejorar la calidad de vida del perro, pero no hará retroceder la artrosis.

Algunos complementos a base de condroprotectores o extractos de mejillón se venden en el comercio, con el objetivo de prevenir la artrosis y disminuir los síntomas. Su eficacia es variable y difícil de evaluar. Puede solicitar consejo a su veterinario. Sepa que uno de los pilares de la prevención es vigilar el peso de su animal y evitar el sobrepeso: de hecho, los perros con sobrepeso u obesos demandan más sus articulaciones.

La insuficiencia renal crónica

La insuficiencia renal es un problema grave y muy frecuente en el perro anciano. El riñón está compuesto por nefronas, en número limitado. A lo largo de su vida, el riñón del perro sufre agresiones que llevan a la pérdida de nefronas. Cuando no quedan suficientes, el riñón ya no es capaz de desempeñar su función: es la insuficiencia renal. Es pues una enfermedad que evoluciona progresivamente con el tiempo. Al principio el perro bebe un poco más, a veces esto pasa desapercibido. Después se vuelve progresivamente letárgico, a veces deja de alimentarse. En etapas más avanzadas, el perro puede vomitar o tener diarrea. Su estado degrada progresivamente.

Afortunadamente, existen soluciones para mejorar la calidad de vida del perro y ralentizar la evolución de la enfermedad, especialmente si se diagnostica precozmente. El uso de una alimentación especializada es esencial. Para diagnosticar la insuficiencia renal crónica, el veterinario utiliza análisis de sangre (medición de uremia y creatininemia) y mediciones de la densidad urinaria.

En la medida de lo posible, intente cuantificar la ingesta de bebida de su perro. Si esta aumenta, hable con su veterinario.

Incontinencia urinaria o fecal

Ya sea urinaria o fecal, la incontinencia es un problema muy molesto en el día a día para el propietario. En el caso de incontinencia urinaria, el perro esparce la orina por todos lados sin darse cuenta, lo que supone un problema de higiene mayor. En su sueño, el perro también puede orinar en su cama. No se pone en posición para orinar. No se debe confundir esto con la falta de limpieza (en este caso, el perro es consciente de que está orinando y lo hace voluntariamente). En caso de incontinencia, reprender a su perro es completamente inútil.

Entonces se debe determinar si esta incontinencia está relacionada exclusivamente con una pérdida de tono del esfínter asociada con el envejecimiento, o si hay otra causa médica subyacente. Sepa que existen tratamientos para fortalecer el esfínter de la uretra. Finalmente, existen pañales para perros que pueden ayudar a manejar la situación inicialmente.

Medidas simples pueden permitir que su perro anciano termine su vida en buenas condiciones. No se trata de un esfuerzo terapéutico excesivo: a veces el perro simplemente necesita un pequeño “impulso” para vivir unos años adicionales más confortablemente.