El Diamante de Gould

El Diamante de Gould es una especie de pinzón que encanta por su plumaje colorido. Con colores violeta, amarillo, rojo y verde, a veces una cabeza negra, otras veces una cabeza roja, un pecho blanco o incluso un pecho violeta, no se parece a ningún otro pájaro. Esta particularidad lo hace muy favorecido por las personas que son muchas las que desean adquirir uno. Para ello, conocer las necesidades de este ejemplar en todos los aspectos será indispensable.

El Diamante de Gould es ante todo un ave que se alimenta de semillas. Para asegurar su buena salud, se recomienda el mijo blanco, así como la alpiste o también el mijo japonés. Si la mezcla no se compra lista para consumir, habrá que preparar las semillas sumergiéndolas en agua y enjuagándolas varias veces. Las semillas deben suministrarse en cantidad suficiente cada día y deberá agregarse más durante la época de reproducción y de incubación. Aunque estas mezclas de semillas son ricas en nutrientes y carbohidratos complejos, no son suficientes para garantizar una alimentación equilibrada.

El Gould es ávido de insectos que le proporcionarán una cantidad interesante de proteínas y de aporte en calcio. Es posible ofrecerle escarabajos, termitas, arañas o moscas que serán su deleite. Dada la poca diversidad de su alimentación, los suplementos alimenticios son esenciales para el Gould. Habrá que asegurarse de proporcionarle las vitaminas necesarias para su salud. Se podrán obtener consejos sobre esto de un veterinario, ya que esta especie rara originaria de Australia puede tener necesidades particulares.

El Diamante de Gould pertenece a las especies que les gusta desplazarse muy rápidamente y multiplicar los desplazamientos sucesivos. Para permitirle volar como desea, se debe prever una jaula muy larga ya que se mueve únicamente de manera horizontal. En la medida de lo posible, se prefiere un aviario ya que ofrece más espacio y permite por tanto a las aves exóticas recorrer su hábitat tan a menudo como deseen sin tener la sensación de estar limitados. Se deben instalar áreas de descanso o perchas así como nidos si su dueño acepta una reproducción.

Este tipo de ave no gusta de ser perturbada por lo que se debe asegurar de colocar el comedero de alimento así como el recipiente con agua cerca de la puerta de la jaula para poder reemplazarlos sin molestar a los habitantes. El fondo de la jaula debe estar compuesto de arena fina a la fibra de coco muy apreciado por los Diamantes de Gould, o en su defecto, de papel periódico. La jaula debe estar posicionada resguardada de las corrientes de aire y a una altura suficiente para que las aves no sean perturbadas por los niños.

Los criadores o las tiendas de mascotas podrán explicar que es posible intentar una convivencia con otras especies de aves, pero que en general los Diamantes de Gould no se sienten cómodos en esta configuración. Los pajaritos les parecen inmediatamente demasiado bulliciosos. Dado que son aves a las que les gusta la tranquilidad, será preferible elegir solo esta especie para una misma jaula o aviario. Sin embargo, es posible tener una pareja de Diamantes o incluso varias en el mismo aviario, lo cual favorecerá en gran medida la reproducción por un proceso de emulación ya que una hembra de Diamante dispuesta a reproducirse forma una pareja fiel por toda su vida.

Para ello, un aviario de gran formato es necesario para que cada ave se sienta cómoda. Cuanto más grande sea, mejor se sentirán los pájaros. Se deben instalar perchas de diferentes tamaños a diferentes alturas. Los especialistas insistirán en la importancia de colocar una percha bien alta en la jaula o aviario porque a este tipo de ave le gusta la altura y poder observar su entorno. En cuanto a la alimentación, el veterinario recomendará colocar regularmente huesos de sepia en la jaula para que los pájaros puedan picotearlos y aprovechar el calcio y las otras vitaminas que contienen.

Esta especie está amenazada de extinción por razones medioambientales, pero también debido al comportamiento de los padres hacia su cría. No es raro que los jóvenes polluelos sean expulsados del nido y olvidados por sus padres. Por lo tanto, será necesario vigilar la jaula y devolver el joven pájaro al nido, incluso si el fenómeno puede repetirse. Cuando este problema es demasiado frecuente, será preferible separar a los jóvenes de los padres y utilizar a los gorriones de Japón que son mejores padres y que cuidan muy bien de los huevos y los polluelos.

Para los particulares, será necesario determinar desde el principio si desean que sus aves domésticas se reproduzcan, ya que este período requiere mucha vigilancia e implicación. Habrá que evitar que los huevos sean demasiado claros, asegurarse de una alimentación suficiente para los polluelos y vigilar que sean aceptados y estén a gusto en el nido. Si la persona en cuestión no se siente capaz, es mejor retirar los nidos cerrados y los elementos que favorecen su fabricación para evitar las reproducciones. Sepan que una hembra pone entre 4 y 7 huevos pequeños en cada puesta tres veces al año.