Desparasitante para gato: ¡5 cosas que debes saber!
Acto esencial para la salud y el bienestar de su gato y de su entorno cercano: administrarle un . Doble acción, permite protegerlo eficazmente de parásitos internos o tratarlo si ya está infestado. Pero, ¿realmente comprendes la importancia de este tratamiento? ¡Descubre 5 cosas que debes saber sobre este dispositivo antiparasitario!
1/ Los signos de infestación no siempre son visibles
Los gatos son animales conocidos por ocultar su dolor o enfermedad, y el caso de una infestación por gusanos no es la excepción. Sin embargo, algunos indicios pueden levantar sospechas: trastornos digestivos (diarrea o vómito), un cambio en su apetito (aumento o disminución), adelgazamiento o, por el contrario, un abdomen hinchado, o incluso una tercera párpada visible. Por último, el signo más evidente es la presencia de gusanos en las heces, en los vómitos o cerca de su ano.
2/ Los gatitos a menudo están infestados
Debido a su corta edad y su sistema inmunológico en desarrollo, los gatitos son frágiles y más vulnerables a los gusanos intestinales. Pueden ser contaminados muy temprano a través de la placenta o la leche de su madre, o incluso, al contacto con heces. Por lo tanto, es importante desparasitarlos con un tratamiento adecuado y respetando un ritmo particular: cada 15 días desde los 15 días hasta los 2 meses, luego, una vez al mes hasta los 6 meses. Después, la frecuencia es la de un gato adulto, dependiendo de su estilo de vida.
3/ Los gusanos pueden transmitirse al humano
Ciertos gusanos intestinales en los gatos son zoonóticos, lo que significa que pueden transmitirse al humano, especialmente a través de las heces del gato. La contaminación también puede ocurrir a través de su pelaje, sobre el cual puede depositar huevos al lamerse. Para proteger a su familia, es importante desparasitar regularmente a su felino y mantener una higiene estricta después de una sesión de juego o caricias, especialmente cuando se trata de niños, personas mayores, inmunodeprimidas o mujeres embarazadas.
4/ La frecuencia de tratamiento varía entre gato de interior y de exterior
Administrar regularmente un desparasitante es aún más importante en el gato de exterior, cuya frecuencia de administración es más alta que para un gato de interior: 4 veces al año frente a solo 2 veces para un gato de interior. ¿Por qué? Porque el felino de exterior está en contacto con muchos animales y caza y come presas de la naturaleza potencialmente infestadas, como ratones o pájaros, lo que aumenta aún más el riesgo de contaminación.
5/ Existe un medio mnemotécnico
La eficacia de un tratamiento antiparasitario depende de su regularidad de administración. Por tanto, si temes que tu carácter algo despistado te juegue malas pasadas cuando llegue el momento de darle su desparasitante a tu gato de exterior, ¡hay un truco! Simplemente necesitas darle su tratamiento en cada cambio de estación, es decir: el 20 de marzo para la primavera, el 21 de junio para el verano, el 22 de septiembre para el otoño y el 21 de diciembre para el invierno. ¡Fácil!
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