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Dejar solo a su perro: ¿Cuánto tiempo por día? 5 Consejos

Poder dejar solo a su perro durante unas horas requiere tiempo y organización por parte del dueño. Un perro es un animal sociable. Es por eso que puede resultarle difícil vivir solo, incluso una o dos horas. El aprendizaje de la soledad es necesario y esencial para el bienestar de todos. Para evitar que presente comportamientos ansiosos, como destrucciones, ladridos o heridas de lamido, las salidas y los juegos son fundamentales para distraer el aburrimiento.
Tener una mascota requiere un mínimo de compromiso y tiempo. Si el estilo de vida no permite dedicar tiempo diariamente para la felicidad de este pequeño ser, está completamente excluido adoptar uno. No es un objeto de decoración, ni algo para lucirse que se guarda después de haberlo utilizado.

Dejar solo a su Perro: ¿Cuánto tiempo por día? 5 Consejos

1. ¿Cuánto tiempo por día se puede dejar solo a su perro en casa?

Un perro es un animal sociable, por lo tanto, la soledad no es una situación normal para él. Puede deprimirse fácilmente si sus necesidades primarias no se satisfacen. Por eso, para poder dejar solo a su perro durante todo un día, aproximadamente 8 horas, es necesario que se haya desgastado suficientemente antes y después. De hecho, el hecho de sacarlo de su entorno, de hacerlo correr, ya le proporciona alegría, pero también cansancio.

Durante la ausencia de los dueños, el perro debe tener con qué entretenerse para evitar el aburrimiento y, por lo tanto, posibles destrozos. En realidad, el problema no es la duración, pues un perro puede sufrir mal una ausencia de 2 o 3 horas y otros estar serenos durante 8 horas. Los perros no tienen la misma noción del tiempo que nosotros. Obviamente no pueden fechar los eventos. La ausencia de los dueños generalmente es bien vivida por su compañero. Esto se debe a un buen aprendizaje, el de la soledad. Es una forma de rutina diaria con un marco definido, una vez al día, el mismo número de horas. El dueño se levanta a la misma hora, toma su desayuno, el perro tiene su comida, sale a hacer sus necesidades y el dueño se va. Este ritual diario ayuda al perro. Le permite situarse en el tiempo. 

Por eso, el estilo de vida afecta el comportamiento. Un cachorro o un perro envejeciendo no vivirá la situación de la misma manera. Un cachorro recién separado de su madre y su camada que tenga que soportar de repente una soledad de gran amplitud podrá sentir un sentimiento de abandono. Un perro anciano podrá desarrollar comportamientos como la falta de limpieza, pues no podrá retenerse tanto tiempo como antes. Además, la senilidad puede cambiar el carácter y por lo tanto el comportamiento del perro. Puede volverse ansioso, no soportar más la soledad. A partir de ese momento, el dueño debe encontrar soluciones para adaptarse y acompañar serenamente a su fiel compañero.

2. Educar a su cachorro frente a la soledad

Es tarea del dueño enseñar a su cachorro a gestionar la ausencia. Esto se aprende, no es un comportamiento innato en un perro quedarse mucho tiempo solo. Este periodo no debe vivirse como un castigo, ni generar comportamientos inapropiados como: destrozos, ladridos, autolesiones... El objetivo es que el perro se sienta tranquilo en casa esperando el regreso del dueño, con total serenidad. Incluso solo, debe estar tranquilo. 

Desde la llegada de un cachorro, es necesario crear vínculos de confianza y darle tiempo para familiarizarse. Solo entonces, es pertinente enseñarle a gestionar la ausencia. Esto debe hacerse progresivamente con mucha paciencia. Tomar algunos días de vacaciones puede ser una buena idea para establecer buenos hábitos que durarán toda la vida del perro. Durante estos días, será posible simular ausencias más o menos largas, y así permitir que el perro vea que el dueño regresa.

Unos minutos después del reencuentro, sesiones de juegos, caricias o largos paseos demostrarán al perro, que estar solo no es sinónimo de abandono. Al contrario, el regreso del dueño será una alegría y una fuente de placer y ocupaciones. Lo más simple es tomarse el tiempo para acostumbrarlo simulando múltiples ausencias de diferentes duraciones. El perro entenderá que la soledad no dura y que, al regreso del dueño, pero no inmediatamente, tiene derecho a un gran paseo, un momento de juego...

Los perros están tan unidos a nosotros que sienten todas nuestras emociones, desde las más alegres hasta las más estresantes. Si el hecho de tener que dejar solo a su perro crea en el dueño un sentimiento de miedo o aprensión, el perro lo percibirá y se preocupará por lo que va a pasar.

3. Conocer las razas de perros más independientes

No hay realmente razas más predispuestas a disfrutar la soledad que otras. Sin embargo, algunas razas tienden a ser más serenas, más tranquilas, por lo tanto, más propensas a quedarse solas.

  • El Basset hound es un perro bastante plácido que, aunque cercano a su familia, es muy independiente. Es una raza fácil de llevar, dócil y afectuosa. El basset hound no es particularmente propenso a la ansiedad y soporta bien la soledad. Sin embargo, necesita largos paseos.
  • El Chow-chow es un perro generalmente solitario y tranquilo. Aunque no requiere atención constante, necesita contacto y cuidados por parte de su humano. Es muy independiente y poco demostrativo. No obstante, es fiel y muy apegado a su dueño.
  • Los Teckels son perros valientes y al mismo tiempo muy independientes. Por eso, a menudo se les percibe como muy tercos. Esto puede lamentablemente causar algunos problemas durante la educación. El hecho de que le guste estar solo es una ventaja para aquellas personas que no pueden quedarse en casa todo el día. Disfrutan de sus momentos de soledad. Siendo generalmente perros bastante tranquilos y silenciosos, no aúllan si están, por supuesto, educados.
  • A pesar de que el Shiba inu adora que lo mimen, es importante respetar sus momentos de soledad que lo hacen un perro solitario y por lo tanto le gusta estar solo. Son perros muy independientes, tranquilos y calmados. Además, son excepcionalmente limpios. 
  • El Shar pei es la raza china más popular en el mundo. Es un perro que desarrolla un vínculo muy fuerte con su dueño, pero eso no le impide disfrutar la soledad y ser muy independiente. 
  • El Bulldog inglés es un perro bastante perezoso.  Le gusta disfrutar de pequeños momentos de juego pero sobre todo ir a echar la siesta en su cojín. En general, es un perro con una gran capacidad de adaptación que se adecúa al estilo de vida de sus dueños. 

A pesar de ello, todos los perros necesitan el afecto de su dueño. La atención que se les brinda es esencial para su bienestar y la calidad de su vida.

4. Acostumbrar a su perro a la ausencia progresivamente

Desde su llegada, es necesario enseñar al cachorro a quedarse solo, y esto de manera progresiva. Así, asociará las salidas de sus dueños como algo natural y aprenderá a soportarlas mejor.

Es importante no ritualizar las salidas. El perro no necesita eso. El simple hecho de ponerse zapatos y tomar las llaves del coche le hará comprender que el dueño está a punto de salir por asociaciones. Por eso, simular falsas salidas puede ser interesante. Así, el perro vigilará menos los movimientos del dueño. Para facilitar esto, hay que empezar por ignorarlo unos quince minutos antes de salir. Esto evitará dramatizar el momento de la separación. El silencio inmediato en la casa puede reforzar su sentimiento de abandono. Para hacer frente a esta eventualidad, dejar un ruido de fondo como la radio o la televisión encendida puede ser una solución a corto plazo. Hay muchos juguetes disponibles, ya sea en tiendas especializadas o para hacerse uno mismo. El perro debe encontrar algo con qué entretenerse durante esas horas. 

Los juguetes de ocupación le permitirán pasar el tiempo de manera inteligente. Puede ser posible dejarle disponible, además del inevitable cuenco de agua fresca, huesos para roer. Masticar tendrá al mismo tiempo un efecto beneficioso en la placa dental. Otra actividad en la que no se piensa inmediatamente: el tapete de lamido. Este juego de enriquecimiento alimentario estimula mental y físicamente al perro. Lamer es un comportamiento natural. Es una forma para el perro de calmarse, de relajarse. El juguete de lamer es ideal para reducir el estrés y la ansiedad. Por eso es totalmente adecuado para habituar al perro a quedarse solo.

Hasta sus 4 meses, aproximadamente, puede ser interesante dejar al cachorro un prenda de ropa del dueño. El olor puede tranquilizarlo. Hay difusores de aceites esenciales disponibles. Emiten efluvios tranquilizantes.

Después de 8 a 9 horas de ausencia, el perro recibe a su dueño con gran alegría. Es en este momento que no se debe cometer el error de las grandes efusiones de regreso. La mejor solución es aún ignorarlo un poco (aproximadamente un cuarto de hora) y rechazar de su parte sus embates de alegría.

5. Cuidar a su perro antes y después de su ausencia

Para su bienestar físico y mental, el perro debe poder ejercitarse todos los días. Debe poder correr, explorar, rascar, escalar, ver otros perros... Todas estas actividades son necesarias para su equilibrio físico y mental. Después de haberse ejercitado de esa manera durante más de media hora, el perro generalmente es capaz de quedarse solo durante algunas horas. Es necesario, por supuesto, verificar que ha hecho todas sus necesidades para evitar una pequeña sorpresa al regreso de un día de ausencia.

Jugar con su perro proporciona al dueño y al animal, un sentimiento de bienestar, de felicidad compartida. Además de reforzar la complicidad entre ellos, el juego aporta un cansancio muscular que le permitirá pasar una buena parte del día durmiendo.

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No obstante, no es tanto el hecho de llevar a su perro a pasear media hora todas las mañanas y todas las noches al mismo lugar lo que lo hace un perro feliz. Estos animales sociales necesitan interacciones con su dueño. Les gusta jugar, ser acariciados, que se ocupen de ellos. No son objetos para poner al final de una correa para salir y guardar al volver a casa. Para su bienestar, es necesario integrarlos a la vida familiar y que se sientan útiles y apreciados.

¡LO QUE NO SE DEBE HACER! Es totalmente falso pensar que tomar un segundo animal atenuará el malestar del primero y la dificultad de este último para estar solo. Esto solo tendrá el efecto de hacer infeliz al segundo, además del primero. Un perro necesita lazos sociales con otros perros, pero esto no sustituye la presencia del dueño y el vínculo que los une.


¡En resumen! Un perro puede quedarse muy bien solo todo un día si ha sido educado para ello. La soledad no es innata en él. La educación, la raza pero también el carácter son puntos a considerar para poder dejar solo a su perro en casa. No se adopta una mascota para un elemento decorativo, sino para tener un amigo y crear un vínculo. Se establecerá una relación única y extraordinaria, pero para eso, y como con todo, hay que tomarse su tiempo e implicarse. Los profesionales en el campo canino, como los educadores, los expertos en comportamiento y los veterinarios están ahí para dar consejos fundamentados.

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