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El coryza del gato

Si a menudo comparamos el coryza con el simple «resfriado» que conocemos bien, en realidad es una enfermedad más compleja. Su gravedad puede variar, y puede ser incluso mortal en los gatitos y los gatos inmunodeprimidos. No hay que subestimarla... Esta enfermedad es un flagelo cuando afecta a los gatos que viven en comunidades (tiendas de mascotas, criaderos, pensiones…), ya que entonces es muy difícil deshacerse de ella. No obstante, el coryza no solo se desata en las gaterías y es importante conocer la enfermedad para poder reaccionar rápidamente.

 

Índice:

 



 

 

¿Cuáles son los síntomas del coryza?

Los síntomas del coryza pueden ser de naturaleza e intensidad variables: algunas formas, discretas, son tolerables en el día a día para el animal. Otras, llamadas "hipervirulentas", comprometen el pronóstico vital. Además, el coryza puede ser mortal en los jóvenes gatitos aún frágiles y los animales inmunodeprimidos (como es el caso de los gatos infectados por el VIF o la leucemia felina, por ejemplo).

Después de una incubación de 2 a 4 días, la enfermedad se manifiesta atacando a:

- El aparato respiratorio superior: el gato está decaído, estornuda, tose, tiene la nariz que moquea (el flujo puede ser transparente o purulento, e incluso ligeramente sangriento). Esto es muy incómodo para él, que, a diferencia de los humanos, ¡odia respirar por la boca! Además, la destrucción de la mucosa nasal puede causar una pérdida del olfato; el gato, al no poder oler su comida, a veces deja de alimentarse. Se debilita y se deshidrata rápidamente...

- Los ojos: algunos gatos pueden presentar conjuntivitis. Los ojos están entonces sucios y purulentos. En casos más graves, pueden aparecer úlceras en la córnea.

- La cavidad bucal: en ciertos casos, especialmente cuando el virus implicado es un Calicivirus, aparecen úlceras en la lengua o las encías. El gato babea, tiene dificultades para comer. Al abrirle delicadamente la boca, observará placas rojo vivo, de bordes nítidos. ¡Cuidado, las reacciones pueden ser violentas! De hecho, se trata de heridas muy dolorosas...

¡Atención! Estos síntomas son muy generales y pueden ser la señal de otras enfermedades. Por lo tanto, su aparición siempre debe motivar una consulta al veterinario, ya que solo él podrá confirmar o no el afectado por el coryza.

 

¿A qué se debe el coryza?

Se trata ante todo de un síndrome; esto significa que varios agentes patógenos pueden estar en el origen del coryza. Incluso suelen actuar en asociación. Principalmente son virus de diferentes familias (Herpesvirus, Calicivirus y Reovirus en menor medida). Las bacterias a menudo juegan un papel de agente secundario, viniendo a sobreinfectar la mucosa nasal ya debilitada. Sin embargo, una bacteria, Chlamydophila felis, también se considera un agente primario del coryza. Principalmente causa conjuntivitis, y relativamente pocos problemas respiratorios.

Tras un simple examen clínico, es imposible para el veterinario determinar con certeza el o los agente(s) implicado(s) en el coryza de un gato dado. Para hacerlo, existen ciertas pruebas de laboratorio. Generalmente se emplean para enfocar el tratamiento en las comunidades, o en casos de recaídas frecuentes en el mismo gato. Estas pruebas rara vez se ofrecen en primera instancia.

 

¿Cómo se contagian los gatos?

Tu gato puede contraer el coryza al contacto con sus congéneres, ya sean enfermos o portadores asintomáticos: la enfermedad se transmite a través de la saliva, las secreciones nasales o oculares. Los estornudos, soplidos o el aseo mutuo son tantas ocasiones de contagiarse. Pero la contaminación también puede ser indirecta: así, los Calicivirus pueden resistir una semana entera en la suela de tus zapatos, en una cesta o en el fondo de un plato.

Las personas y objetos que han estado en contacto con un gato enfermo también pueden ser una fuente de infección. Es por ello que la enfermedad es tan difícil de erradicar en una gatería. También es difícil controlar la infección cuando varios gatos conviven en el mismo hogar…

¿Se cura un gato enfermo de coryza "por sí solo"?

Los síntomas pueden regresar en unos diez días. Posteriormente, algunos gatos eliminarán espontáneamente el virus, otros permanecerán portadores crónicos y excretarán el virus durante toda su vida, a veces de manera asintomática. En cualquier caso, cuando un gato está enfermo de coryza, es mejor no dejar pasar y abordar el problema rápidamente. De hecho, un coryza mal tratado puede dejar secuelas (por ejemplo, una mucosa nasal demasiado dañada, o incluso un daño en las estructuras óseas de la nariz). La enfermedad adquiere entonces un aspecto crónico, más difícil de tratar. La respiración se vuelve ruidosa (ronquidos, silbidos) y la nariz fluye frecuentemente.

Además, la contaminación por un virus de la familia de los herpes puede ser latente: el virus permanece "escondido" en el organismo y resurge ante un estrés o una disminución de las defensas inmunitarias (otra enfermedad, parto...), como lo haría un herpes labial. Parece que el gato es entonces curado, pero en realidad no ha eliminado la enfermedad, que puede reaparecer en cualquier momento de manera recurrente.

 

¿Cuál es el tratamiento para el coryza?

No existe un tratamiento específico contra los virus responsables del coryza. Por lo tanto, los principales objetivos son mejorar la comodidad del gato y evitar la aparición de complicaciones. Lo primero que se debe hacer en casa es limpiar diariamente las costras alrededor de la nariz y los ojos con un algodón humedecido en agua tibia o suero fisiológico. En paralelo, el veterinario pondrá en práctica un tratamiento sintomático para aliviar al gato. Este tratamiento se adapta a cada caso, dependiendo de los síntomas que presente tu gato. A menudo implica la prescripción de antiinflamatorios, o una aerosolterapia.

El principal objetivo es descongestionar la nariz y humedecer las secreciones para mejorar la comodidad y fomentar, si es necesario, la reanudación del apetito. Algunas clínicas veterinarias están equipadas con aparatos especiales para realizar las aerosolterapias, con el fin de administrar antibióticos o antiinflamatorios por vía nasal. A veces es posible alquilarlos en algunas farmacias. Estos dispositivos pueden ser difíciles de usar en los gatos menos dóciles, ya que son ruidosos y por lo tanto una fuente de estrés. Más sencillamente, algunas inhalaciones pueden realizarse en casa. Es menos difícil de lo que parece, con tal de tener una gran toalla y un transportín que cierre correctamente.

 

¿Cómo realizar inhalaciones a un gato?

1. Coloca al gato en su transportín. Frente a la jaula, sitúa un cuenco de agua muy caliente, al que habrás añadido unas gotas de principio activo (a menudo se trata de un producto descongestionante, disponible en farmacias). Luego cubre todo con una gran toalla. ¡Cuidado con el riesgo de quemaduras! Asegúrate de que el transportín está bien cerrado y que está colocado sobre una superficie estable... Es mejor quedarse cerca para supervisar que todo vaya bien.
2. Una sesión de inhalación dura en promedio de 10 a 20 minutos. Para obtener un resultado significativo, se necesitan de 2 a 3 sesiones diarias durante aproximadamente 5 días. Por lo tanto, se necesita una buena dosis de paciencia... y un poco de astucia, ya que después de 2 o 3 sesiones, algunos gatos se niegan a volver al transportín.
3. Si es necesario, tu veterinario puede decidir prescribir antibióticos para tratar las sobreinfecciones bacterianas o prevenir su aparición. Finalmente, si tu gato se niega rotundamente a comer, puede ser necesario hospitalizarlo. Entonces recibirá una alimentación líquida por sonda y una rehidratación por vía intravenosa.


Dependiendo de los síntomas de tu gato y de las posibles complicaciones, el tratamiento puede complementarse con otras medidas más específicas (administración de colirios en caso de afectación ocular, pomadas cicatrizantes si la nariz está muy dañada...).

En casos graves, a veces se propone el uso de interferón. Se trata de un agente antiviral, muy costoso. Actualmente, hay poca información sobre su eficacia.

 

¿Qué hacer para proteger a mi gato?

Los gatitos están protegidos en las primeras semanas de vida por los anticuerpos transmitidos por su madre. Posteriormente, se vuelven particularmente susceptibles a las infecciones. Por eso es necesario "tomar el relevo" mediante la vacunación.

Las vacunas contra el coryza actualmente disponibles en el mercado protegen tanto contra el Calicivirus y el Herpesvirus, y a veces también la clamidiosis. Atención, su objetivo no es prevenir la contaminación del gato o la aparición de la enfermedad, sino disminuir la gravedad de los síntomas. Por lo tanto, no evitarán que tu animal sea portador del coryza, pero este estará menos enfermo, se recuperará más rápido y será menos contagioso para sus congéneres. La vacunación se recomienda desde las 8 semanas de edad. En algunos casos, es posible vacunar desde las 6 semanas. El calendario de vacunación puede ser diferente de una vacuna a otra, pero generalmente se necesitan de dos a tres inyecciones el primer año. Posteriormente, un refuerzo es necesario cada año. No dudes en pedir consejo a tu veterinario.

 



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