La constipación en el perro: Causas, Síntomas y Tratamiento

Un perro con un tránsito intestinal saludable, defeca generalmente 2 veces al día. Sin embargo, puede suceder que esté estreñido de forma pasajera. La constipación en el perro se manifiesta de la misma manera que en el humano. Pero no hay mayor preocupación si todo vuelve a la normalidad en 24 a 36 horas. En caso contrario, es necesario observar el estado de tu compañero para detectar posibles otros síntomas. El animal tiene dificultades para defecar y por lo tanto, pasa más tiempo en posición. Sus excrementos pueden ser duros, secos o de tamaño pequeño. Por lo tanto, cuesta que salgan y pueden provocar diferentes síntomas. El dolor puede acompañar a la defecación y a veces incluso sangre. Si tu compañero defeca con menos frecuencia, es motivo de alarma y hay que encontrar las causas de este problema. Pueden aparecer numerosos síntomas. De todos modos, existen tratamientos preventivos y curativos.

El perro ha comido demasiado alimentos difíciles de digerir: huesos para masticar de piel de búfalo, alimentos o estiércol de caballos, cueritos de cerdo, semillas para aves... Cuando un perro come un hueso, este se transforma en polvo y eso hace las heces más compactas.

Tu compañero quizás ha tragado un cuerpo extraño que obstruye el intestino. Entonces, será necesario un examen radiológico del abdomen. Los cachorros viven una fase oral durante su desarrollo. En ese periodo, prueban muchas cosas. La curiosidad los puede llevar a poner en su boca, y por lo tanto a veces a tragar, piedras, trozos de tela o zapatos... Los huesos ingeridos, también, pueden quedar atascados en el tubo digestivo y por consiguiente, impedir el paso normal de los alimentos.

Un falta de fibras alimenticias durante las comidas de tu perro puede llevarlo a tener problemas de constipación. Como nosotros, su alimentación debe ser de calidad y buena composición. De hecho, una cantidad demasiado alta de calcio o grasa en su comida puede provocar problemas.

La deshidratación provoca constipación. Las heces se vuelven muy duras porque están secas y tienen dificultades para salir. Es esencial que un perro tenga siempre a su disposición un tazón de agua limpia y fresca. Durante los períodos de verano, no se debe dudar en ofrecerle agua regularmente, y esto es aún más importante si es mayor o frágil.

Un aumento del tamaño de la próstata (hiperplasia benigna de la próstata) puede comprimir el intestino y por lo tanto dificultar la defecación del perro. Esto puede manifestarse como tenesmo. Es una sensación de ardor intenso en el ano que provoca una necesidad frecuente de defecar.

Problemas puramente físicos pueden discapacitar al perro y así impedirle ponerse en posición para defecar: afecciones ortopédicas o neurológicas.

Algunas razas de perros están predispuestas a tener problemas con sus glándulas anales que se obstruyen. Es el caso del Chihuahua, el Dachshund y el caniche Toy. Lesiones alrededor del recto, heridas en la cadera o en la pelvis pueden provocar dolores intensos durante la evacuación.

Los animales mayores lamentablemente son propensos a este problema de constipación. Los seniors son más sensibles porque son menos activos. Además, tienden a deshidratarse con facilidad. Es por eso que hay que estar muy atento a que tengan agua en todas circunstancias.

Un perro demasiado hogareño puede sufrir de constipación. De hecho, el ejercicio físico contribuye a un buen tránsito y a una flora intestinal saludable. Moverse favorece una buena motilidad digestiva. Los largos paseos, además de ser buenos para el ánimo, permiten que los perros estén en forma.

Una constipación leve no es peligrosa en sí misma. Un perro puede defecar una sola vez al día sin peligro. Si se mantiene en forma y no presenta otros síntomas, no es necesario alarmarse. La observación de tu perro es la mejor prevención. Cualquier síntoma que empeore debe ser tomado en serio.

Si se acumulan varios síntomas, no hay que esperar ya que esto puede llevar a complicaciones graves si la constipación no se atiende a tiempo.

Cuando el perro sale regularmente, es fácil notar estos síntomas. Lamentablemente, si tu compañero tiene acceso a un terreno grande y puede hacer sus necesidades libremente, es más complicado darse cuenta.

Se deben tomar algunas precauciones para evitar este inconveniente. La constipación, en ciertos casos, puede evitarse. Hay que ofrecer a tu compañero una alimentación de alta calidad nutricional. Esta última debe ser rica en fibra y adaptada a las fragilidades de tu compañero. Si este último está ya predispuesto a ser constipado, están disponibles en los veterinarios piensos especiales para trastornos digestivos de la .

Proponle a tu compañero varias comidas al día. Así, la digestión será más progresiva. 

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Si la constipación de tu perro dura desde hace 2 o 3 días. Si empeora con otros síntomas como la presencia de sangre y/o mucosidad en las pocas heces, hay que concertar una cita inmediata con el veterinario para realizar un diagnóstico preciso. Seguramente llevará a cabo un examen de la región anal para asegurarse de la ausencia de lesión. Verificará la ausencia de una enfermedad endocrina o de trastornos en el intestino.

A veces, una radiología del abdomen puede ser útil para ver si no se ha ingerido un objeto: juguete, trozo de hueso... Generalmente en este caso, el perro también vomita.

¡Consejos a recordar! La constipación pasajera a veces afecta a los perros. Si no dura, no hay motivo para alarmarse. Sin embargo, en caso de duda o de empeoramiento de los síntomas, la constipación del perro puede ser dolorosa y peligrosa, lo cual requiere sin falta la consulta con el veterinario. ¡La vida de tu perro puede estar en juego!