Comportamiento del Perro: ¡Los Zoomies o su golpe de sprint repentino!

El comportamiento del Perro a veces puede parecer divertido e inexplicable. En los perros jóvenes o mayores, las increíbles carreras frenéticas denominadas Zoomies son impresionantes. A pesar de eso, no son graves ni peligrosas para tu compañero. La excitación acumulada durante el día necesita encontrar una salida favorable que a veces se manifiesta como un fabuloso golpe de sprint. ¡Foco en los Zoomies, atención a las turbulencias!

Los zoomies se pueden definir como períodos de actividades aleatorias y frenéticas. Estos por lo general son de corta duración. Se puede ver a su perro salir disparado y correr alrededor de la mesa del comedor sin poder detenerlo. Tu compañero entra entonces en su burbuja y se vuelve imposible de parar. No te escucha más y hace abstracción de cualquier orden. Esto puede durar unos minutos. Una vez calmado, tu compañero parece completamente agotado y vuelve a ser él mismo.

Nuestras mascotas necesitan gastar su energía, eso no tiene nada de anormal. El perro ha acumulado energía a lo largo del día y si no ha tenido la oportunidad de gastarla poco a poco, se libera de una sola vez. Algunos signos precursores pueden alertarte: tu perro toma la posición del "play bow". Esta postura de invitación al juego es muy clara: patas delanteras fijadas al suelo y las traseras están levantadas.

Todos los perros están predispuestos a tener zoomies: desde los más pequeños hasta los más grandes. Este comportamiento se produce más generalmente en perros jóvenes, pero no es raro ver perros adultos tener su golpe de locura. Este fenómeno ocurre cuando el animal está sano y alegre. Así que no hay edad límite para "zoomar".

Los factores desencadenantes son numerosos: después de un baño o una sesión de aseo, cuando tu compañero ha estado inmóvil durante un largo tiempo. Al final del día, cuando la excitación está al máximo, tu perro empieza a cómo un rayo a correr en todas direcciones. Si tu perro pasa tiempo en una jaula, en cuanto sale, puede empezar a correr en todas direcciones. Los zoomies pueden experimentarse por la mañana, por la noche y a veces después de las comidas. Generalmente no ocurre más de una vez al día. Una vez que la energía acumulada es evacuada, el perro se asienta y retoma su ritmo de vida, más calmado y sereno.

Estos comportamientos no son peligrosos. A pesar de ello, hay que tener cuidado de no estar en el camino de su compañero. Llevado por su impulso, podría empujarte o hacer que caigas. Un niño o una persona mayor sufriría el mismo destino... En este puro momento de locura, los cachorros más jóvenes pueden dejarse llevar a morder manos, pantorrillas... No se recomienda intentar jugar con su compañero durante estos momentos. Es incontrolable. Lo mejor es dejarle acceso al exterior, si es que está evidentemente asegurizado.

Si tu animal es un perro de gran tamaño, es importante vigilar que no tenga su golpe de locura justo después de una de sus comidas. Tanto movimiento podría provocar un síndrome de dilatación y torsión del estómago, lo cual sería muy peligroso para tu compañero. Además, un perro en plena excitación ya no se da cuenta bien de lo que hace. Puede saltar, bajar corriendo las escaleras, y por lo tanto torcerse una pata o lastimarse una uña.

Al despertar o después de un largo período de inactividad, un perro está en plena forma. Sale de su pequeña jaula o su recinto para reencontrarse con su dueño. Es un gran momento de alegría intensa que puede traducirse en un golpe de locura. 

Otra situación: sale de la peluquería después de 2 horas de inmovilidad, y allí, su cuerpo necesita moverse y su energía reprimida debe salir.

También puede ocurrir que estos zoomies se produzcan durante encuentros entre perros, en el parque o en un centro canino. Los recreos permiten liberar energía y los zoomies a veces pueden ser "contagiosos". Por mimetismo, otros individuos siguen al primero que empezó con su delirio. Así que nos encontramos ante una zoomie colectiva.

Estos comportamientos pueden ser la respuesta a una fuerte ansiedad o en respuesta a un miedo. Se ha acumulado energía y debe salir de repente. Esto permite que el perro vuelva a un estado emocional más estable. Algunos perros no hacen suficiente ejercicio físico. Cada individuo es diferente. Además, dependiendo de la edad y la raza, las necesidades varían. Por eso es importante adaptar los paseos y entrenamientos.

Por ejemplo, un Bulldog no tiene las mismas necesidades físicas que un Pastor Belga. El segundo estaría más predispuesto a presentar zoomies más regularmente. Llegas a casa y juegas con él después de un largo día, tu compañero aprovecha para vaciar sus baterías.

Generalmente, estos zoomies no tienen consecuencias. El perro libera su exceso de energía y todo vuelve a la normalidad.

Por otro lado, si estos comportamientos se repiten demasiado a menudo, es decir, varias veces al día o si son consecuencia de situaciones demasiado estresantes, es necesario cuestionarse. Podría ser interesante consultar a un veterinario o un comportamentalista animal.

Si el origen de estos zoomies es la ansiedad, otros síntomas pueden aparecer. Se pueden observar heridas de lamido, pérdida de pelo, trastornos del apetito o del sistema digestivo. Se debe estudiar más de cerca el equilibrio psicológico del perro. Es esencial verificar si sus necesidades vitales están cubiertas y si su entorno de vida es adecuado.

En caso contrario, deben adoptarse cambios para que tu compañero recupere un bienestar psicológico y físico. Los zoomies son comportamientos totalmente normales que no deben convertirse en estereotipias. De hecho, si vuelven demasiado a menudo, sería bueno buscar la verdadera causa de estos arrebatos. La falta de ejercicio realmente puede ser el detonante. El dueño debe reflexionar sobre la vida que ofrece a su amigo canino. Podría ser útil cambiar algunas cosas para el bienestar de todos.

Los zoomies forman parte de los comportamientos normales del perro. A pesar de ello, deben ser gestionados correctamente por la seguridad de todos. El animal debe poder liberar su energía en un lugar seguro. Si percibes señales de aviso, es importante trasladar a tu compañero a un patio cerrado o a una habitación sin peligros. No debe poder lastimarse ni lastimar a nadie.

La reacción correcta es atar a tu perro o distraer su atención. Ofrecerle un juego energizante, como lanzar una pelota o un frisbee, puede ayudarle a evitar zoomar. Canalizar su energía puede evitar estas crisis frenéticas. Proponerle diferentes tipos de ejercicios: agility, ring, cani-cross, discdog... Hay algo para todos los gustos.

En resumen, los Zoomies propios del comportamiento del perro son completamente normales si se mantienen ocasionales. Un animal que está bien en su cuerpo y en su mente necesitará evacuar su energía de vez en cuando, pero si su vida diaria está adaptada a sus necesidades, no debería ocurrir muy a menudo. Lo esencial a recordar es que hay que poner a tu perro a salvo durante sus golpes de locura y no intentar bloquear su camino. Si estos comportamientos tienden a repetirse demasiado a menudo, puede ser necesario consultar a un veterinario, un educador o un comportamentalista canino.