¿Cómo se realiza la cesárea en una perra?
Para obtener información sobre el proceso normal de gestación y parto en una perra, pueden referirse al artículo ya publicado sobre este tema: "Cómo se desarrolla la reproducción en la perra". En la mayoría de los casos, el parto ocurre de manera natural, sin necesitar intervención humana. Sin embargo, ciertas circunstancias llevan a la decisión de intervenir quirúrgicamente, tanto en el interés de la madre como en el de los cachorros.
¿Cuándo se decide realizar una cesárea?
-La cesárea programada:
En ciertas razas, la cesárea está prevista de por sí. Esto sucede especialmente en las razas de perros braquicéfalos, seleccionadas por su cabeza voluminosa y su cuerpo pequeño (por ejemplo, el bulldog inglés o francés). Los cachorros tienen entonces un cráneo demasiado grande para pasar por la pelvis de su madre, lo que hace que la cesárea sea indispensable. Esto se conoce como "desproporción feto-materna". Otras razas también son propensas a partos difíciles, como el chihuahua o el Yorkshire terrier.
Pero los pequeños braquicéfalos no son los únicos que pueden ser demasiado grandes para ser expulsados de manera natural: esto también sucede con los féretros únicos. Cuando una perra espera sólo un cachorro, este tiende a crecer más de lo que lo haría si estuviera acompañado de hermanos, y es común que sea necesaria una cesárea.
Las camadas muy numerosas también pueden ser objeto de una cesárea programada, ya que el parto puede durar mucho tiempo y agotar a la madre.
Finalmente, la conformación individual de algunas hembras las predispone a tener dificultades para parir, por ejemplo, porque su pelvis es estrecha. Para las perras que ya han parido por cesárea, (y en algunos casos en varias ocasiones como sucede con las perras de cría), la cesárea puede ser prevista con antelación.
El momento óptimo para la cesárea es determinado a partir del día de la ovulación y de análisis de la progesterona en la sangre. La operación tiene lugar antes del comienzo de las contracciones. La cesárea programada no debería tener incidencia en la fertilidad futura.*
-La cesárea de emergencia
En otros casos, el veterinario decide practicar una cesárea de urgencia porque el parto no se está desarrollando como estaba previsto (esto es conocido como "dystocia"). Algunas señales deben incitarle a consultar a su veterinario lo antes posible, como la presencia de secreciones purulentas o hemorrágicas en la vulva, una gestación anormalmente larga (más de 72 días), esfuerzos expulsivos infructuosos por parte de la perra durante más de 30 minutos o cuando transcurren más de 4 horas entre la expulsión de dos féretros. El veterinario puede recurrir a exámenes complementarios para intentar encontrar la causa de la distocia (radiografía, ecografía...). Los problemas pueden estar relacionados con la madre o con los cachorros. En algunos casos es posible un tratamiento médico, en otros se requiere intervención quirúrgica.
1) Problemas relacionados con la madre
Las distocias relacionadas con la madre suelen deberse a que el útero no se contrae (inercia uterina). Se puede intentar un tratamiento médico pero, si falla, la cesárea será necesaria. Los traumatismos como las fracturas de la pelvis o las roturas del útero también son indicaciones quirúrgicas. A veces, el veterinario puede estimar que la perra está demasiado cansada o enferma para poder soportar un parto, que requiere mucha energía.
2) Problemas relacionados con los cachorros
Desafortunadamente, también ocurre que uno o varios fetos no se encuentran en buen estado (entonces se observa un aumento de su frecuencia cardíaca). Se debe extraer muy rápidamente. Finalmente, en algunos casos un feto muerto puede descomponerse en el útero y poner en peligro la salud de la madre. En caso de infección importante a veces es necesario retirar el útero durante la cesárea.
La cesárea de urgencia tiene lugar durante el parto, mientras que el trabajo ya ha comenzado. Es comprensible que los riesgos no son los mismos que durante una cesárea programada, al final de una gestación normal en una perra y fetos saludables (la tasa de supervivencia es entonces similar a la de un parto natural).
En todos los casos, se trata de una operación quirúrgica, que nunca debe tomarse a la ligera. Es algo en lo que se debe pensar y ser consciente de los riesgos antes de decidir reproducir a su perra, especialmente en las razas braquicéfalas. En interés del perro, es importante que los criadores también seleccionen perras que sean capaces de parir fácilmente.
La operación de cesárea
En ausencia de complicaciones, la cesárea es una operación bastante rápida. El veterinario implementa un protocolo de anestesia adaptado que permite tranquilizar a la perra y manejar el dolor relacionado con la operación, todo sin comprometer la salud de los cachorros. Al igual que en humanos, esto puede incluir una anestesia epidural.
Esta operación requiere cuidar tanto de la madre, como de una camada a veces considerable. Por lo tanto, se debe ser muy organizado, todo se prepara con antelación.
Muy pronto los cachorros son sacados y, mientras el veterinario sutura las heridas y cuida a la madre, un ayudante debe ocuparse de los cachorros. Según el personal disponible y el tamaño de la clínica veterinaria, es posible que se requiera la ayuda del dueño para esta tarea. Los criadores en particular a menudo tienen la costumbre de participar en el cuidado de los cachorros. Generalmente, la madre se recupera rápidamente, por lo que puede amamantar y cuidar a sus pequeños sin demora.
La atención de los cachorros
Después de liberar a los cachorros de sus envolturas fetales, en primer lugar es necesario ayudarlos a respirar, limpiando las secreciones que obstruyen su nariz y boca. Para ello se puede utilizar un sacamocos o simplemente una pequeña compresa húmeda.
Luego los cachorros son frotados vigorosamente con una toalla caliente. Esta operación tiene como objetivo tanto secarlos para que no se enfríen (sustituyendo así la lengua de la madre), como estimularlos para acelerar el inicio de la respiración. Al igual que en los humanos, el primer llanto es monitoreado con atención, ya que es la señal del despliegue de los pulmones y demuestra que el recién nacido ha tomado su primer aliento. En caso de dificultades, algunos medicamentos, administrados debajo de la lengua, pueden ayudar al cachorro a iniciar la respiración.
Todo esto debe hacerse inmediatamente y en todos los cachorros simultáneamente. Por lo tanto, varias personas suelen ser necesarias en caso de camadas numerosas.
Los fetos son cuidadosamente examinados y se busca cualquier anomalía congénita (fisura palatina, ano imperforado).
Se realizan cuidados, si es necesario, en el cordón umbilical, y luego se mantiene a los cachorros en calor (por ejemplo, en una incubadora) mientras su madre se despierta por completo. Tan pronto como ella sale del quirófano, los cachorros se colocan junto a ella y tienen acceso al pecho. La cesárea a veces puede afectar la producción de leche, pero este problema temporal no dura más de 24 horas. Se puede utilizar una leche sustituta; siga los consejos de su veterinario. En la mayoría de los casos, el instinto maternal se conserva, y muy pronto la madre cuida espontáneamente de su camada.
Pauline Denoeux
*LEVY X., MIMOUNI P., La cesárea en la perra puede ser programada, la Dépêche vétérinaire n°1072 del 27 de marzo al 2 de abril de 2010,