Cáncer en Gatos: síntomas y tratamiento
El cáncer en gatos se caracteriza por un tumor maligno o canceroso que puede poner en peligro la vida de tu felino. Afortunadamente, ciertas anomalías detectadas, verificadas por el veterinario y analizadas en el laboratorio, resultan de un tumor benigno. En este caso, no hay por qué alarmarse.
Pero, ¿qué pasa con las diferentes formas de cáncer del gato? ¿Y los tratamientos disponibles? Esté bien informado si su gato se enferma gravemente para enfrentar el cáncer lo mejor posible.
Linfoma
Esta forma de cáncer es la más común en gatos. Afecta a los glóbulos blancos (células del sistema inmunitario): los linfocitos. Todos los órganos pueden verse afectados (ganglios, riñones, bazo, intestinos...).
Los signos del linfoma digestivo se notan por vómitos, diarrea poco común, incluso obstrucción intestinal. En este caso, es necesaria la quimioterapia y los resultados son generalmente positivos.
Fibrosarcoma
Este tumor maligno se parece a un bulto subcutáneo, localizado normalmente entre los omóplatos. Una operación quirúrgica permite eliminarlo, reduciendo esta forma agresiva de cáncer indoloro.
Tumores mamarios
Las gatas mayores son frecuentemente afectadas por estos tumores malignos. Sin embargo, es importante saber que la esterilización disminuye el riesgo de cáncer en las gatas jóvenes. La píldora está fuertemente desaconsejada, ya que multiplica estos problemas de salud.
Carcinoma de células escamosas
Los gatos de pelo blanco son principalmente los afectados, especialmente su nariz y las puntas de las orejas. La exposición prolongada al sol favorece este tipo de cáncer, de ahí la necesidad de protección solar.
Síntomas de cáncer en gatos
Cuanto antes intervenga en el manejo del cáncer de su gato, más posibilidades tendrá de superarlo y obtener una curación óptima. Aquí hay algunos signos que deben alertarlo sobre un posible cáncer en gatos, que solo el veterinario podrá diagnosticar en su consulta.
- Pérdida de apetito: su gato come mucho menos y pierde peso día tras día;
- Astenia: su bola de pelo parece cansado constantemente, a pesar de sus numerosas siestas, y no tiene energía para sus escapadas diarias;
- Vómitos y diarrea: el abdomen y el sistema digestivo pueden verse afectados si su gato vomita repetidamente y sufre de diarrea aguda;
- Pérdida de sangre: si su gato pierde sangre sin razón aparente, contacte rápidamente a su veterinario para una consulta;
- Movilidad perturbada y mareos: su felino pierde el equilibrio y le falta fuerza física para moverse;
- Aparición de nódulos o bultos bajo la piel: es importante palpar regularmente a su gato, ya que estos pequeños bultos aparentemente discretos e indoloros pueden sugerir un cáncer.
Tratamiento del cáncer en gatos
Una biopsia permite analizar la gravedad del tumor. Así, el doctor podrá comprometerse de manera segura y cierta en su pronostico. Si es necesaria una cirugía para el confort de vida del gato, permitirá extirpar el tumor, siempre que este no se haya propagado totalmente.
La radioterapia o la quimioterapia permiten reducir las células cancerosas restantes en caso de que el tumor no sea completamente eliminado. La quimioterapia es relativamente bien tolerada por el gato y ralentiza eficazmente la progresión de la enfermedad. Los efectos secundarios no son comparables con los de los humanos.
La radioterapia se practica durante o después de la cirugía. El gato es hospitalizado varios días en la clínica veterinaria.
La genética y el entorno (higiene de vida, dieta, sedentario o activo) del gato reflejan los principales factores de riesgo de cáncer.
Solo un veterinario formulará el diagnóstico de un cáncer en gatos. Debe seguir al pie de la letra los consejos del doctor para darle a su gato la máxima posibilidad de recuperación. En el peor de los casos, los cuidados paliativos lo apoyarán para que se vaya de manera pacífica sufriendo lo menos posible.
